Sueños retorcidos - Veneno

Disclaimer: La familia Cullen, Denalí & Vulturi pertenece a Stephenie Meyer; el resto es mío.
Summary: Secuela de Encuentro de Ensueño —Los sueños son como la realidad, se retuercen cuando crees tenerlos controlados. La vida de Mary se ha vuelto un embrollo desde que aparecieron los vampiros. Edward/OC.

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9

Veneno

«Serás la cura, serás el veneno»

The All-American Rejects.

Mi corazón palpitaba tan rápido que debía ser un sonido atemorizante en la cabeza de Edward, mis manos temblaban a tal velocidad que me era imposible controlarlo. Pero nada de eso me importaba.
—Sé que estás nerviosa —murmuró en tono quedo acariciando mi cabello —, pero te prometo que todo saldrá bien.
—Avísame cuando me vayas a inyectar…
—No dolerá —me dijo con una sonrisa torcida.
—Lo sé. Sólo…no quiero ver la aguja.
—De acuerdo —sus dedos acariciaron mi rostro y disfruté de la temperatura de su piel una vez más.
Respiré con intensidad y Edward me miró curioso. Posó una de sus manos sobre mis ojos para hacerme cerrarlos. Inmediatamente sentí un leve pinchazo y el líquido penetrar mi cuerpo. Me pareció escuchar que la aterciopelada voz de Edward me susurraba algo, pero no lo capté, ya estaba sumida en un mundo de sueños.
Era uno de los sueños más raros que había tenido. Podía compararlo con el País de las Maravillas y no parecer loca. Todo era tan colorido, tan extravagante, exótico, que por un momento era el único sitio en el que quería estar.
..
Al abrir mis ojos, esperé ver las motas de polvo flotando en el espacio. Ansiaba ver los colores ocultos de los objetos, escuchar a Edward hablar desde la otra habitación, oler lo que cocinaban dos cuadras más allá…pero no había nada. Todo se veía exactamente igual que cuando cerré los ojos. Hasta parecía opaco después de un sueño tan nítido y colorido.
—¿Qué pasó? —pregunté aterrada y descubrí que mi voz era la misma de siempre.
Los ojos de Edward me contemplaron con tristeza. Pasó una mano por su cabello broncíneo y luego afincó sus dedos en el puente de su nariz.
—No puedo hacerte esto, Mary.
—Pero…lo quiero.
—No… no te despediste de tus amigos. No te diste un último abrazo con Carlos. No le diste un golpe en el brazo por última vez a Vanessa. No comiste un helado entero con tu hermana. No quieres esto, Mary.
—Te quiero a ti —dije entre lágrimas que empezaban a caer.
—Pero no quieres dejar de llorar, de comer, de reír, de salir a la luz del sol. No quieres abandonarte. No quieres dejar de ser humana.
—Te quiero a ti —murmuré de nuevo secando mis lágrimas.
—Y me has tenido, y me tendrás.
—¿Por cuánto tiempo? Amor implica sacrificio. Tendré que sacrificar algunas cosas. No puedo tenerlo todo y tú eres lo que más quiero. Eres mi todo, Edward.
—Amor significa que ambas partes estén a gusto, estoy a gusto contigo y tú conmigo. No necesito cambiarte en ningún sentido —sonrió amargamente.
—¿Por cuánto tiempo? —repetí.
—Me gustan las arrugas —agregó con otra sonrisa más honesta y los ojos brillándole.
—A mí no —dije arrugando la boca.
Edward me besó acariciando mi rostro y cabello.
—Es mía —dijo apartándose y ofreciéndome un vaso.
—¿Qué es lo que esto cambia?
—Cuando tu cuerpo esté listo, dejarás de crecer. Desarrollarás tu don mas podrás hacer todo lo que haces como humana, con la garantía de que no morirás.
—¿Seré como Reneesme?
—Creo que serás más bonita…porque ya lo eres.
Sonreí y me sonrojé.
—No estoy dispuesto a que dejes de hacer eso —dijo acariciando mis mejillas encendidas.
Tomé el vaso y sin mirar el fondo lo bebí completo. Tenía un gusto amargo. El veneno de Edward. El veneno que sería la cura para siempre. Podríamos estar juntos tanto como lo quisiésemos y no tendría que dejar nada a un lado.
—Haces por mí más de lo que hago por ti.
—¿Puedo citarme a mí mismo? —asentí mordiendo mi labio inferior —. "Me das todo lo que necesito sólo con respirar"
Sonreí y me acerqué para alcanzar sus labios. Nos fundimos de nuevo y sentí que esta vez, era para siempre. Estaba segura de que jamás amaría a nadie como lo amaba a él.
—Me alegra oír eso —murmuró sin dejar de besarme.
Te amo.
Pensé y dejé que el tiempo decidiera que esas palabras durarán, como si estuviesen grabadas en piedra. Aunque estaban en un sitio mejor: en el corazón de dos amantes.
..
3 meses después…
—¿Te vas a comer todo eso? —le pregunté a Vanessa que sujetaba media barra de chocolate en la mano.
—Si quieres, puedes pedir.
—Estoy pidiendo —dije con una sonrisa burlona.
Me dio dos cuadritos del chocolate y la miré de reojo.
—Tacaña.
—Mira quién habla, la señorita "¿Alguien me paga la entrada hoy?"
—Sabes que me amas…
—Bla bla… Es todo lo que oigo… —me miró de soslayo —, claro que te amo, estúpida.
Vanessa me dio un gran cálido abrazo y le respondí apretándola a mi cuerpo como si en verdad la pudiese perder.
—Además lo de la entrada fue hace dos días. Hoy soy diferente. Ya soy una chica universitaria.
—Se me había olvidado —me mostró los grandes ojos cafés y me sacó la lengua —. ¿Universidad dijiste? —rio mientras entrábamos al gran campus.
Sonreí para mis adentros y en un momento lo hacía para afuera.
—Quita la cara de tonta —me dijo sacándome la lengua de nuevo.
No lo hice. Porque ser tonta era otra de las maravillosas cosas de ser humana. Humana con inmortalidad —además —. Caminé mirando a mi alrededor como si de verdad todo fuese mucho más nítido.
—Llegaron temprano —murmuró Edward saludando a Vanessa con un beso para el que ella se puso en puntillas. Luego me abrazó a mí y me dio un tierno beso en la comisura de los labios.
—La Universidad espera.
—Ay, ya cállala. Habla de la Universidad como si fuese un cuartel secreto de superhéroes.
—Tal vez lo sea —susurró Edward —, y tal vez los villanos lo sospechen.
—Hablando de villanos —dijo Vanessa rodando los ojos.
—Hola chicos —saludó Amanda y noté que apretaba la mano de Carlos, le sonreí y me acerqué para abrazar a mi amigo. No hubo fuego departe de Amanda, sólo calor departe de mi mejor amigo.
—Hola —dijo Vanessa en tono hipócrita.
—La Universidad llama —dijo Carlos con una sonrisa enorme.
—Otro más que cree que salvaremos el mundo —rió Vanessa.
Y caminamos hacia las aulas. Hacia un destino incierto pero que parecía perfecto. No porque tuviéramos todas las respuestas, aún no conocíamos las preguntas. Pero nos teníamos todos. Vanessa corrió hacia su novio que ya estudiaba ahí y nos dejó atrás. El amor de la imprimación.
Carlos sujetaba la mano de Amanda y ella sonreía. Les echaba una mala mirada a las chicas que se quedaban más de dos segundos mirando a su novio y supe que controlaba su poder con nosotras. El amor que supera todo. El amor que no tiene secretos y que está dispuesto a hacer o dejar de hacer algo por el otro.
Y estábamos Edward y yo. Un amor que había llegado sin avisar y que duraría hasta siempre. Un amor en el que sólo tenía que recostarme en su hombro o pensar que lo amaba para que él lo supiera. No tendríamos que preocuparnos por nada o por nadie. Siempre nos tendríamos el uno al otro. Y amaba saber que ese siempre era verdad.

FIN

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OME! Mil disculpas por el atraso, es que no sé en que día vivo :S
Espero hayan disfrutado este fic tanto como yo disfruté escribirlo, que aunque es muy corto y sencillo, es uno de mis favoritos.
De momento no haré más longfics, pero el que tengo en mente, no lo publicaré aquí sino en mi otra cuenta Red Tie and Purple Bow, ya que lo escribiré con un amigo :3 Será de Riley & Victoria (Si van ahora a esa cuenta encontrarán que está publicado, pero haré una versión nueva, ya que esa apesta xD)
xoxo
RobinW