4 jul 2009

Solsticio, Capítulo 12


Todos los personajes pertenecen a Stephenie Meyer. Pero la historia me pertenece a mí (Robin Cullen/Black). 
Summary: Luego de la transformación de Jacob, su relación con Bella tomará otro rumbo, pero ¿puede una relación con un lobo ser segura? ¿Qué opinaran los Cullen al respecto? BxJ
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Este capítulo, es todo una historia, fue uno de los primeros que escribí, pero la 1ra versión era muy mala, luego hice otra y hasta lo subí, pero me dio un ataque de nervios
y lo tuve que eliminar -no sé si alguien lo llegó a leer -pero le faltaban cosas!espero les guste ;)
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Capítulo 12. Shake it
“Your body is cold, but girl we’re getting so warm” (Shake it, Metro Station)
Jacob POV

Me desperté después de haber dormido catorce horas seguidas, era la primera noche en mucho tiempo que no había tenido guardia y el dormir me vino de lujo. El cansancio me estaba matando, impidiéndome hasta estar en pie. 
La manada había estado de alguna forma diferente. Cada vez que entrábamos en fase nos llenábamos de la preocupación y pena de Seth por su hermana. La verdad es que ya estaba harto. Mientras todos sentíamos eso, Sam lo que hacía era pensar en sí mismo, nunca me había dado cuenta de lo egocéntrico  que podía llegar a ser. Al parecer, su única preocupación es que Emily retrasara la boda por tener que pasar tiempo con Leah. 
Salí de mi habitación. Saludé a mi padre que estaba leyendo algo. Me preparé un desayuno grande, ya que las tripas me estaban dejando sordo. Cuando terminé de desayunar, salí a la playa, fue cuando noté que todo el piso estaba cubierto de nieve y aún caían algunos copos. 
La nieve se derretía al instante que hacía contacto con mi piel. Sin embargo, sentía ligeramente lo fríos que estaban los copos. “Bella”, pensé. Debía de estar helándose de frío. Pero no podía ir a su casa así, sin ni siquiera haberme duchado. Entré a la casa de nuevo. Me duché y me vestí completo –camisa y pantalón para variar –cuando estuve listo, busqué las llaves del Rabbit –si iba corriendo no serviría de nada que me hubiese vestido –estaba ocupado buscando las llaves ya que no recordaba dónde las había metido cuando Seth entró a la casa. 
-Hola Billy –saludó –Jacob, tengo que hablarte. 
No volteé. Lo más probable es que fuese algo sobre Leah, seguí buscando. 
-Jacob…es sobre Bella.
Volteé inmediatamente y me quedé observando a Seth.
-¿Qué pasó? ¿Dónde está? ¿Qué sucede?
-Nada, nada. Tranquilo, Jacob. Yo quería…-titubeó –el otro día Alice Cullen vino a la reserva. 
-¿Vino a la reserva…y tú la dejaste pasar? –dijo Billy abandonando su lectura, mi mirada gritaba lo que mi padre acababa de decir. Apreté la mandíbula y los puños. 
-No. Ella no pasó. Se quedó en la línea límite –Billy se relajó y nos ignoró de nuevo.
-Dijiste que esto tenía que ver con Bella. 
-Sí, verás –a Seth le temblaba la voz –Alice dijo que Bella iría al baile con…Edward.
-Mientes. Bella iba sola…con una amiga.
-No. Alice me dijo que había tenido una visión confusa sobre algo que le pasaría a Bella, y dijo que lo más probable es que pasara anoche y me pidió que no te acercaras al baile.
Los puños apretados me comenzaron a temblar y el temblor se extendió por todo mi cuerpo.
-Y tú hiciste caso a  lo que ella te dijo. Si algo le iba a pasar a Bella ella debía estar conmigo –mi voz se notaba rabiosa. 
-Hijo, cálmate. Escucha al chico primero.
Tomé aire y entrecerré los ojos. 
–Prosigue.
-No me parecía del todo confiar en ella –asentí con los ojos cerrados tratando de relajarme –así que yo fui al baile, estuve vigilando el perímetro. 
Esperé. Los temblores iban disminuyendo.
-Y puedes estar seguro de que Bella está bien. 
-¿Bella fue al baile con un vampiro? 
-Sí. 
-¿Bella me mintió? –la voz me temblaba, pero ahora era porque las lágrimas me rozaban los parpados.
-Supongo que lo hizo por tu bien Jake. Ella sabía que si te decía eso, te aparecerías al baile y quién sabe si acabaras transformándote por nada. Porque no pasó nada, podría decirse que estuvieron sentados toda la noche y cuando la nieve comenzó a caer, los Cullen se mantuvieron apartados. 
La nieve. El frío. Vampiros. 
-Lo siento Seth. Yo estaba molesto. Lo siento –dije dándome cuenta que casi me transformo para herirlo. 
-Está bien Jacob. 
-Gracias –dije finalmente –iré a ver a Bella. 
Recordé donde estaban las llaves, las tomé y salí de la casa. 
Encendí el auto y comencé a conducir hacia la casa de Bella. Aceleré hasta que la aguja rozó los 150 Km/h. Estacioné del otro lado de la calle y toqué la puerta. La espera me estaba impacientando. De pronto Charlie abrió la puerta. 
-Jacob, ¿cómo estás?
-Hola, Charlie. Bien. 
-¿No tienes frío? –aunque llevaba camisa, era apenas una franela. Mientras Charlie llevaba un grueso impermeable y la nieve seguía cayendo sin cesar. 
-Parece que no. 
-Bella está helada, muchacho.
-Me imaginé. Yo… –me aclaré la garganta para sonar un poco más serio -… ¿ella está arriba? 
-Sí. Está acostada, no creo que se levanté. Tenía los labios púrpura por el frío.
-¿Te importaría que subiera Charlie? –exhalé aire. Lo dije.
-Claro que no. Yo voy de salida al trabajo, será mejor que esté acompañada. 
Sonreí. 
-Adelante hijo –dijo Charlie colocando una mano en mi hombro –pórtate bien. Sé dónde vives –se rio y salió de la casa. 
-Hasta luego.
Subí las escaleras a grandes zancadas y abrí delicadamente la puerta del cuarto de Bella. Desde ahí, lo único que se veía era un gran bulto de sábanas sobre la cama, de pronto percibí el movimiento de su respiración y me fui acercando sin hacer ruido. Me senté en el borde de la cama y tomé un mechón de cabello que se salía de las sábanas. 
-Bella durmiente –dije posando mi mano sobre las sábanas.
-¿Ja…ke? –dijo con la voz temblorosa por el frío y tratando de salir de debajo de las sábanas. 
-Sí, preciosa. Soy yo. 
Sacó apenas su cara de las sábanas, lo suficiente para que yo me perdiera en esa mirada chocolate y me deleitara con sus labios –realmente púrpuras –que me pedían un beso a gritos. 
-M…i so…l per…so…nal –dijo con esfuerzo con los dientes castañeándole.
-Siempre para ti –esbocé una sonrisa –me parece que necesitas un poco de calor. 
Ella se mordió el labio de una forma increíblemente provocadora. 
-Tal vez debería comenzar por teñir ese púrpura de rosa –sonreí de nuevo y me acerqué delicadamente a sus labios. 
Al principio, sólo los rocé. Pero luego dejé a mi cuerpo actuar sin pensar. Ese frío debía ser sustituido por calor. Y yo estaba dispuesto a hacerlo. Cuando nos separamos, sus labios se habían teñido de rojo, provocándome sólo más ganas de besarla. 
Ella levantó apenada las sábanas para dejarme entrar. Yo sonreí y me hallé debajo de ellas en un momento, abrazando a Bella, la piel se me erizó, primero por la diferencia de temperaturas, y luego porque me di cuenta de que estaba ahí, con Bella en su cama. Sentía su piel tan fría, pero poco a poco todo se fue llenando de calor. 
Mi mano buscó desesperado la suya, cuando la hallé entrelacé nuestros dedos y besé sus nudillos.
-Te amo –dije mirándola a los ojos. 
-Ja…ke –sus dientes aún castañeaban –hay algo que quiero que sepas…-bajó la mirada.
-¿Sólo vas a arruinar el momento, verdad? –dije tomando su barbilla para volverme a encontrar con sus ojos.
-Probablemente –admitió. 
-No quiero oírlo. Sólo me importas tú y que estás conmigo en este preciso momento. No lo arruines, por favor. 
Volvió a bajar la mirada.
-Si no te lo digo, no me sentiré bien –el castañeo disminuyo, pero su voz temblaba nerviosa.
-¿Quieres decirme algo sobre el baile y la sanguijuela?
-Sí…Jake, yo… no quería mentirte, me dolió muchísimo. Y me arrepiento.
-Sólo dime algo…-asintió y me dejo hablar -¿me extrañaste?
-Muchísimo, no dejé de pensar en ti Jake. Te extrañé, te necesité, quería estar contigo.
-Entonces –la interrumpí –no entiendo porque bajas la mirada.
-Porque me da mucha pena Jake.
-Bella, ¿tú me amas?
-Claro Jake. 
-Dime entonces, Bella, ¿por qué me torturas negándome tu mirada chocolate? ¿Por qué no olvidamos que el día de ayer pasó?
-Yo no lo quiero olvidar –dijo mientras sus mejillas tomaban color y yo enloquecía con Bella allí tan cerca de mí, ambos invadidos por el calor de mi cuerpo y el que estábamos creando sin saber –bueno, la noche la olvidaría sin problema…pero tuve un sueño –se mordió los labios –que no quiero olvidar. 
-¿Y qué soñaste, preciosa? 
-No importa –sus mejillas se colorearon aún más.
-Trataré de adivinarlo, pero sólo sé una forma de entrar a ti…
Mis palabras se extinguieron cuando me acerqué a sus labios. Los suyos rozaban los míos con un roce tan suave que no conocía nada con que compararlo. El frío de su piel se había extinguido por completo y sólo quedaba calor, un calor exquisito, un calor divino que me hacía amar a Bella cada segundo, con cada palpitar. Sentía los latidos alocados de su corazón, la verdad me era difícil distinguir entre los de ella y los míos, ambos palpitaban sin césar. Mis labios descendieron de sus labios, Bella comenzó a respirar entrecortadamente y jadear. Besé su cuello. Mis manos abandonaron las suyas y se aferraron a su cintura. Besé su hombro, sus brazos y volví a subir lentamente a su cuello. Aquel debía ser sin duda el mejor día de mi vida, los mejores minutos, los mejores segundos. Esa era la mejor vida que yo podía pedir. 
Estaba seguro de que sería muy fácil hacer las cosas así en aquel momento, en aquella mañana nevada, estaba seguro de que lo deseaba y ella no demostraba lo contrario, pero, ¿sería correcto?, ¿podría yo tomar aquel virginal cuerpo por puro deseo? El amor que sentía por Bella no se comparaba con nada de este mundo, no era capaz de hacer algo que ella no deseara por completo.
Regresé a admirar su mirada cuando ella se sonrojó de nuevo y se deshizo de mi camisa en un movimiento que ni yo anticipé. Tomé la parte inferior de su camisa de tiras, admiré su vientre y su ombligo. Respiré profundamente aquel aire, aquel delicioso olor que ella desprendía. 
El color de sus mejillas no desaparecía, ni  el palpitar alocado de ninguno de los dos, nuestras respiraciones eran entrecortadas. Bella paseó su mano por mi pecho desnudo y tímidamente tomó el botón de mi pantalón, comenzó a jugar con él, sus manos temblaban, pero ya no lo hacían por el frío. Deslicé mi mano desde su cintura hasta sus dedos que sostenían el botón.
-Bella –ella subió la mirada y la bajó apenada –mírame, por favor –imploré.
Ella me volvió a mirar y se comenzó a disculpar. 
-Lo siento, Jake, pensé que tú…
-Bella, dime si quieres hacerlo…
-Sí –dijo sin pensar.
-¿Segura? No haré algo que tú no quieras.
-Yo…quiero Jake, ¿tú quieres?
-Claro que quiero Bella, por Dios, qué pregunta es esa. 
Y antes de que se me ocurriera otra excusa para no amarla en aquel momento, volví a buscar su camisa y la saqué en un movimiento, ella se concentró en mi botón, y yo deslicé con suavidad el mono de pijama que ella usaba. Sólo quedaba ropa interior. Y no tardó mucho más en escabullirse de nuestros cuerpos. 
El calor se respiraba sin necesidad de inhalar aire. Estaba ahí, justo entre nosotros, y no sólo provenía de mi cuerpo. Me pregunté si podría dejarla llena de cardenales, tal vez la arañé un par de veces, pero ella no se mostraba frágil ni cuidadosa conmigo, ni yo con ella, no necesitábamos de eso, sólo de amarnos mutuamente, como en un beso, como en un abrazo. 
Comenzó  a halar mi cabello y yo fui directo a su oreja, mordí el lóbulo y luego le dije al oído “Hoy te estás enamorando” Ella buscó mi oreja y me dijo “Ya lo estaba…Y siempre lo estaré”. Luego buscó mis labios, nos besamos de nuevo, mis manos memorizaron todo su cuerpo, y las de ella hicieron lo mismo con el mío. Soltamos otras palabras de amor, otros jadeos, lo que fuera era felicidad, era amor, era dicha…
Me permití hacerla mía aquella mañana, me atreví a hacerla feliz, me atreví a ser feliz. Porque sin duda yo era feliz, y lo era, porque ella lo era. Su sonrisa irradiaba cualquier clase de emociones positivas. Aquella mañana nos amamos como nunca. 
De pronto nos detuvimos, quedamos acostados uno junto al otro, jadeando. Yo seguía respirando aquel aire tibio, caliente…delicioso. 
Bella apoyó su cabeza en mi pecho y  mis manos encontraron lugar en su cabello. Jamás imaginé que un día haría algo así con ella. Jamás. Nunca la había visto de esa…manera. Sí la deseaba, pero no sabía que así. Y no me arrepiento, jamás lo haré. Aún ahí, recordé los segundos que acababan de pasar. Acerqué mi boca hasta su oreja, quité los cabellos que tenía ahí y le susurré:
-Olvidé decirte lo más importante –sentí que su corazón dejó de palpitar por un segundo y el mío lo hizo también –te amo Bella Swan, y jamás lo dejaré de hacer. 
Mi pecho se infló cuando sentí que caía una lágrima sobre él.
-Oh Jake –buscó la manera de verme a los ojos y me derretí al  contemplarla, tan dulce, tan frágil, seguía siendo la misma, sin importar cómo mis manos o cualquier parte de mi cuerpo la hubiesen tratado –yo también te amo –dijo al fin. 
Volví a acariciar su cabello.
-Duerme preciosa, estoy aquí. 
-Y esa es la razón por la que no quiero dormir, Jake. 
Sonreí y alcancé sus labios para darle un beso más. Sólo uno más por aquel segundo, porque nos restaban millones de besos y caricias por ser dados.
Comenzamos a  hablar, no lo hicimos de ningún tema en particular, yo no quería hablar de la manada ni ella de los chupasangre. 
Me acerqué para darle un beso delicado en los labios, pero ellos la besaron enloquecidos, ella respondió y su corazón golpeaba frenético. Mis manos recorrieron una vez más las curvaturas de su cuerpo, era un éxtasis, pero yo no quería ningún tipo de rehabilitación.
Volvió a apoyar la cabeza en mi pecho que subía y bajaba sin parar, acaricié su cabello y noté como su respiración se iba relajando, el cansancio la había sumido en el sueño. Me quedé mirándola por un rato, se veía hermosa, traviesa y tan dulce. No quería dejarla ni un segundo. 
Respiraba cerca de su cuerpo para intoxicarme de su olor tan suave y puro. Deseaba quedarme bajo sus sábanas toda la eternidad, cuando oí la patrulla acercarse. Oh, oh. 
Busqué la pijama de Bella como loco. No estaba seguro de no haberla rasgado, ya no recordaba cuando me había deshecho de ella. Encontré mi ropa interior  y me apresuré a ponérmela. Seguí buscando. Rayos, ¿dónde estaba?
El pantalón, la camisa, su ropa íntima. Listo. Tengo todo. Traté de ponérselo todo. La patrulla acercándose me impedía pensar con calma, mis manos temblaban y sudaban por el puro nerviosismo. Le coloqué la ropa y me apresuré a ponerme la mía. La cubrí con las sábanas como si el frío de la nieve aún la afectara. Me senté en el pequeño mueble y traté de relajarme. En ese momento Charlie abrió la puerta. Suspiré. 
-¿Cómo están? 
-Bien. Está dormida –dije muy bajito.
-¿No se ha despertado? ¿No te aburres muchacho?
-Sí, despertó hace rato. Estoy bien.
-Jake –dijo Bella desde la cama en un tono que no sabía cómo Charlie interpretaría, parecía que sus manos me buscaban a su lado, mis ojos se abrieron como platos y tragué saliva de forma audible, Charlie me miró extrañado.
-Parece que sólo quiere verte a ti –sonrió y yo me relajé un poco. Respiré con fuerza y Charlie salió de la habitación, exhalé aire nervioso y me acerqué a la cama.
-Estoy aquí –dije con el aliento en su cara.
-Estás afuera de mi cama, no es justo.
-Charlie llegó, Bells. 
-Pero moriré de frío
-No me iré. Sólo que no estaré allí adentro, ¿de acuerdo? –dije sabiendo que ya ella no se helaba.
Entreabrió los ojos y se acercó a mis labios. 
-Te amo, Jake.
Mi pecho se volvió a inflar. Le di el beso en los labios y luego fui hasta su oreja.
-Descansa, amor. 
Se volvió a hundir en las sábanas. Me senté en el borde de la cama y disfruté de su respiración junto a mí. No me sentía cansado, después de todas las horas que había dormido el día anterior, no creía que me cansaría pronto. 

Bella POV
El cansancio me consumió y me arrojó en un mar de sueños en los que me hallaba muy a gusto, el calor de Jake se seguía filtrando al interior de las sábanas. El mejor día de mi vida había sido fácilmente sustituido, de hecho se había convertido en un recuerdo difuso. Ahora sólo recordaba aquellos minutos que acababan de pasar, cuando había dado a Jake todo lo que tenía, y sabía que no había arrepentimientos, remordimientos ni culpas, sólo dicha, dicha que se había depositado en mi corazón para nunca abandonarme. 
Podía sentir como mi corazón había disminuido ligeramente su ritmo, sólo por el hecho de que estaba dormida, pero recordaba claramente cómo palpitaba alocado, cómo mi respiración se entrecortaba. 
Soñé con mi anterior sueño, pero esta vez terminaba de soñar y mi sueño se transformaba en los recuerdos de la realidad. De esa realidad deliciosa, que quería que durara para siempre. Volví a buscar el cuerpo de Jake, recordando que había tenido que acompañarme desde afuera por la llegada de Charlie. 
Me arrepentí de aquellas veces en que deseé que Jacob fuese sólo Jacob, sin nada sobrenatural que lo rodeara, pero ¿cómo podía yo querer un humano común cuando su condición de lobo era lo que lo había hecho aparecer bajo mis sábanas hoy? No podía pensar en amar a nadie más. Gracias a sus sentidos de lobo, también era que había escuchado a Charlie antes de que éste hubiese estado cerca, el sólo imaginarme que hubiese entrado a mi habitación sin que Jacob hubiese tomado las medidas necesarias me produjo un escalofrío que alteró al hombre que me acompañaba. 
-¿Todo bien, Bells?
-Sí. Sólo que te extraño –dije bajito y sonrojándome, había logrado recuperar el color, tras sentir tanto calor en mi cuerpo, el calor se había mantenido en mi cama y ya el viento gélido no me afectaba. 
-Estoy aquí, amor. Charlie está vigilante aunque no lo creas, lo oigo que llega a la mitad de las escaleras y se queda parado, tal vez quiere escuchar si hacemos algo –dijo con una sonrisa pícara. 
Bufé.
-Debería irse a trabajar, no se sabe lo que puede pasar con la nieve –reí bajito y saqué mi mano de las sábanas para entrelazarla con la de Jake. Él la tomó, y me besó los nudillos. 
-¿Por qué no sales de ahí? Ya estás caliente. 
Sonreí y me despegué de las sábanas. 
-¿Cómo puedo no estar caliente con un novio-lobo?
Me mostró mi sonrisa a todas sus anchas y me besó la mano, luego el brazo, mi hombro, llegó a mi mejilla donde me besó como si lo hiciera en los labios, y bajó delicadamente hasta ellos, me rozó ligeramente con los suyos y me comenzó a hablar con su aliento sobre los labios -su aliento tibio y que me acariciaba con cada respiración- mientras yo me moría por besarlo. 
-Cásate conmigo, Bella.
Aparte mi rostro ligeramente, porque en verdad no quería separarme de él. Jake me acercó más tomándome por la cintura. 
-No hablas en serio –dije 
-Bells, te amo ¿de acuerdo? 
-Y yo te amo Jake, pero ¿cuál es la prisa?
-No la hay, y maldición, lamento ser tan torpe Bella. 
Me mordí el labio y esperé, en realidad, ¿por qué no me casaría con él? ¿Cuál era el problema? Lo amaba, sí, y si le decía que no, Jacob debía saber que era por tiempo, edad, cualquier cosa menos falta de amor. 
-En realidad, no quiero que te sientas obligada. Porque la verdad hasta yo mismo considero que es pronto, sólo que sé que jamás amaré a otra, te lo he dicho Bells, seré tuyo por siempre y para siempre.
-Yo también seré tuya Jake –hoy podía decir esas palabras con mayor firmeza, hoy que oficialmente lo era.
-Y no de esta forma únicamente –dijo mientras yo me sonrojaba –sino de muchas más, quiero ser todo para ti.
-Y lo eres.
-Entonces, repitamos esto –se aclaró la garganta y tomo mi mano izquierda, la posó en su pecho, donde sentí su corazón palpitar acelerado -¿Isabella Marie Swan…aceptarías casarte conmigo en algún momento de nuestras dichosas vidas? –abrí la boca y él colocó su dedo ardiente sobre mis labios –no, tampoco quiero una respuesta –exhalé aire –la quiero, claro, pero cuando estés lista para darme una, y sé que no lo estás. Estaré esperando, porque te amo y tú me amas –asentí –y nada va a cambiar eso…
-Te responderé cuando esté lista, Jake –me acerqué y lo abracé, subí mis labios hasta su oreja y susurré –te amo. 

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Si no se dieron cuenta, amo a Charlie, por eso fue tan permisivo XD él en realidad, si sabe lo que está pasando...hahaha
dejenme comentarios, sobre todo en este cap, please... la verdad quería hacerlo más intenso, pero en realidad no sé cómo
XD 
Bueno, sólo queda un capítulo y el epílogo, espero que no me vayan a odiar después de todo esto jejeje
si aún se preguntan qué pasa con Leah, bueno, pronto lo sabrán, y ¿se esperaban esa propuesta de Jake? ^^

3 comentarios:

  1. Geniiall Zte capp! eheheh!
    lo habia comenzado a leer antes, pero como sali de vacasiones pss no lo lei todo jeje
    HOy lo terminaree yy Leere el otro qe estas escribiendo
    si qe sii!!

    Aww..! yo qisiera _Ser Beellaa!
    y qe El me amara como lo hace con ellaa!

    jeje

    Obioo Team Jacob!!
    ejej:D

    te dejo mi correo
    por si alguna vez qieres hablar
    de lo guapo de jacob! jeje:$
    kati_sna_11@hotmail.com
    qe estezz geniiall byyee:D

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  2. Simplemente genial!
    Me encanto el capitulo, quien pudiera ser Bella para poder estar con Jacob ...
    Y como ya te dije soy TEAM JACOB para siempre!! hasta cuando sea viejecilla y mis nietas estén babeando por algún actor como yo o simplemente enfrascadas en un libro realmente apasionante como los de Stephenie Meyer o como los tuyos.

    Repito SIMPLEMENTE GENIAL =D

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  3. Que bueno que alguien mas haya leido
    empezaba a sentirme sola!!!!
    ejejejejeje
    bueno
    creo que solo me faltan unos capis para terminar
    aun que me come la intriga pero mejor me guardo mis opiniones
    gracias por crear una historia tan maravillosa Rovin
    Me entere que hace un rato fue tu cumpleaños!! Felis Cumpleaños atrasado!!! ejeejejej
    nos vemos

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Robin Wolfe