30 jun 2009

Solsticio, Capítulo 9


Todos los personajes pertenecen a Stephenie Meyer. Pero la historia me pertenece a mí (Robin Cullen/Black). 
Summary: Luego de la transformación de Jacob, su relación con Bella tomará otro rumbo, pero ¿puede una relación con un lobo ser segura? ¿Qué opinaran los Cullen al respecto? BxJ
*************************************************************************

Capítulo 9. Compañía vs. Soledad
Bella POV

Cuando el invierno llegó a Forks, no mucho parecía haber cambiado. Después de todo, Forks se caracterizaba por ese aire grisáceo, no había mucha diferencia con el resto del año. Aunque en ocasiones, el viento que soplaba era mucho más helado y me erizaba la piel, pero nada insoportable si se tiene un sol personal que no se apaga ni enfría en ningún momento.
Aquella mañana parecía de película. Las nubes revoloteaban en el cielo, y el aire era gélido.
- De un momento a otro caerá nieve –advirtió Charlie
- ¿Cómo lo sabes?
- Las nubes lo están cantando Bella
Yo jamás había visto nieve, en caso tal en las películas. Si nevaba en Arizona, era un buen momento para hacer todo lo que jamás habías hecho: el fin del mundo se aproximaba. Pero ahora estaba en Forks, y no parecía demasiado anormal que nevará en aquel pueblo condenado por la lluvia durante todo el año.
- Será una blanca navidad
Navidad. Hasta me había olvidado de lo cerca que estaba. Debía comprarle algo a Charlie, algo a Reneé, a Alice, a Edward y a Jacob. Tal vez debería agregar a Carlisle y Esme a la lista. Pero mi presupuesto no era demasiado grande. De hecho, era bastante pequeño. Pero no darle un regalo a Carlisle sería una descortesía sabiendo todas las veces que me convierto en su paciente de emergencia. Jacob evitaba tanto como podía mis accidentes, por dos razones básicas: la primera, que él se sentía terrible cuando algo me pasaba. Y la segunda, que el doctor que me atendía era un vampiro. No estoy segura que razón era de más peso.
Charlie habló un poco más sobre la nieve, pero me perdí en mis propios pensamientos. Luego se despidió y me quedé sola en casa. Terminé de desayunar, cepillé mis dientes y me fui a la camioneta.
Manejé con precaución, porque el pavimento anunciaba peligro, estaba bastante húmedo y las gotas que caían eran gruesas y mi parabrisas demasiado lento.
Cuando llegué a la escuela, Alice y Edward ya estaban ahí. No parecían afectados por la baja temperatura, tal vez ellos estuviesen aún más fríos. No era difícil de creer.
Cuando salí de la pickup, los Cullen estuvieron a mi lado de inmediato.
- ¿Mucho frío? –preguntó Edward cortésmente
- Demasiado –y noté cómo salía humo de mi boca al hablar
Alice sonrió, pero esa alegría no se reflejó en sus ojos. Parecían sombríos. Tal vez tenía  sed, aunque sus ojos tenían un tono semejante al del topacio.
- Los veré en el almuerzo –anunció Alice al unísono de la campana

Edward y yo caminamos juntos hacia el laboratorio de Biología, su compañía era grata, pero tal vez demasiado fría, y no tenía que ver con su temperatura corporal, era algo relacionado con su forma de ser. Era de ese tipo de personas –si se le podía llamar así –que mantenían distancia de otras. Probablemente para no espantar a nadie con su frío tacto, pero de verdad creería que me espantaba a mí. Ya nada me sorprendía, además que Alice era contraria a eso, siempre que tenía oportunidad me abrazaba. La verdad, Edward no espantaría a nadie con su gélida mano con esta temperatura.

Nos sentamos en el primer mesón. El profesor no había llegado.

Mike se paró con la mano apoyada sobre el mesón y saludó con un tono monocorde. Hacia al menos tres meses que no hablaba con él

- Bella, ¿cómo estás?
- Bien –afirmé mis palabras con una sonrisa
- ¿Helada?
- Bastante –asentí -¿y tú?
- Sí. Pero no me desagrada demasiado –aunque llevaba una gruesa chaqueta –es cosa de Forks. Supongo que en Phoenix no nieva
- Jamás. No creo que en ninguna parte de California haya nevado alguna vez
- Verás que es divertido, esquiar, patinar, lanzar bolas de nieve –su voz fue tornándose entusiasta y agregaba gestos a sus palabras –cuando nieve tienes que venir con todo el grupo a hacer payasadas
- Suena genial Mike, pero todo eso suena a su vez como un deporte extremo para mí –me mordí el labio, sabiendo la verdad de mis palabras
- No nevará –dijo Edward en un tono sombrío y sin levantar la vista del mesón
- ¿Cómo dices Edward? –inquirió Mike – ¿no has visto las nubes? Si no nieva esta semana, lo hará la siguiente
- No digo que no nevará como una afirmación, sino como una esperanza –el tono de Edward parecía el de un vampiro que está a punto de mostrar los colmillos
- Pues he de decir que mi esperanza es que sí….
- Calla –bramó Edward –no nevará. Punto final.
Mike agachó la cabeza, sabiendo que la voz de Edward tenía un tono de autoridad. Quitó la mano del mesón y se fue al fondo del salón.

El profesor entró en ese momento e inició la clase.

Tenía ganas de preguntarle algo a Edward, pero el profesor no parecía de muy buen humor. Tendría que esperar hasta el almuerzo…o podría simplemente pensar mi pregunta. Él me oiría.

¿Por qué no quieres que nieve?

Esperé.

Edward ni siquiera volteó.  Repetí la pregunta mentalmente y éste seguía sin inmutarse

¿Edward? ¿Me oyes? Aunque sólo era un pensamiento, parecía un poco más desesperado que el primero.

Nada.

Me quedé mirándolo durante un minuto. Su mirada estaba clavada en la pizarra, donde el profesor dibujaba algunas plantas.

- Edward –dije en voz baja, pero pronunciándolo
Volteó rápidamente y arrugó la nariz, como preguntando “¿Qué?
- ¿Te has quedado sordo? –dije un poco más alto de lo que pretendía
- Bella –me llamó el profesor
Volteé y el profesor me fulminó con la mirada
- Lo siento
El profesor volvió a su explicación y yo volví la mirada a Edward. Él separó sus ojos de la pizarra y comenzó a escribir en un papel rápidamente. Lo puso a mi alcance.

La nota era sencilla, una palabra entre signos de interrogación
« ¿Qué?»

Tomé el papel y mi bolígrafo y empecé a garabatear las palabras

« Estaba preguntándote algo, ¿por qué no me oías?» Le acerqué la nota.

Aquella no era mi pregunta original, pero ésta parecía de más importancia. No era posible que no me oyera estando a su lado, y menos si su excusa incluía la clase. ¿Cuántas veces podía haber visto la clase sobre fotosíntesis? Si yo misma, la había visto miles de veces

Tomó su pluma y comenzó a escribir en otra hoja

« No te escucho. No es cortés. ¿Qué querías?»

Hasta donde yo sabía, lo que no era cortés era no escuchar a otros. ¿Qué clases de cortesía recibían los vampiros?

Taché las palabras que él había escrito y comencé a escribir mi pregunta inicial y la taché también. Agregué al principio otras palabras…

«No te entiendo ¿Cómo no va a ser cortés?…En tal caso, sólo quería saber ¿Por qué no quieres que nieve? »

Me devolvió la nota rápido con su caligrafía clásica « No tengo un motivo especial»

La campana sonó y salimos del laboratorio. Tenía otra clase, en la cual me sentaba con Angela. Ella también apostaba porque se acercaba una fuerte nevada. Todas esas charlas sobre nieve me empezaron a erizar la piel, ¿podría mi piel californiana adaptarse a una nevada? Entonces recordé a mi sol personal y mi piel se calmó, sin embargo mi corazón comenzó a latir descontroladamente. Tenía tantas ganas de verlo hoy.

En el almuerzo me senté con Alice y Edward, como ya era habitual. Ángela se sentaba con Ben en la misma mesa pero con varias sillas de separación. Ellos no compartían sino una clase, así que aprovechaban el almuerzo para pasar tiempo juntos. 

- ¿Soy muy aburrida?
Alice se carcajeó 
- ¿Qué? ¿Por qué lo dices Bella? Si eres la humana más divertida que conozco
- Soy la única con la que hablas –alcé una ceja
Alice rodó los ojos y Edward permaneció inmutable
 
- Si soy tan divertida –dije en un tono irónico -¿por qué él no me oye? –mire en dirección a Edward
- Te dije que no era cortés, Bella
- ¿Para qué quieres que te oiga? Es realmente incómodo que un intrépido ande hurgando en tus pensamientos –aunque las palabras eran rudas, Alice usaba ese tono que se usa mientras le aprietan las mejillas a los niños
- No es que quiera que me oiga. Sólo me da curiosidad. 
- Si tienes algo que decirme, sólo tienes que articularlo, no tienes que emitir sonido. Pero al menos dibújalo en tus labios –sus palabras sonaban como hechas de terciopelo y miel
- De acuerdo –asentí  -pero… antes si me escuchabas, ¿cierto?
- Al principio, porque bramabas las palabras que te había dicho Jacob…sobre nuestra naturaleza
- Pero, ahora te parece una descortesía…
- Sí. En general cierro mi mente a mi familia, les dejo tener su espacio. Y bueno, tú eres algo así como parte de la familia. Sabes nuestro secreto y compartes tiempo con nosotros
- Eres como nuestra mascota –dijo Alice alegre. No había ni pizca de lo sombría que había estado en la mañana
- Mascota –recalqué –suena bien…
- Baile de invierno –dijo Alice
- ¿Qué? –inquirí 
- Mira. Habrá un baile de invierno –señaló a mi espalda, donde Jessica y Lauren colgaban una pancarta que decía 


«Baile de invierno. Sábado 15. Entradas a la venta»

Qué lindo –dije en tono irónico No te emociona Bella? 
- No. Las palabras Bella y baile no se hallan en la misma oración
- Qué mal. Porque mi segundo nombre es “Baile”. 
- Tu segundo nombre es “Quisquillosa” –se rió Edward por lo bajo
Alice le sacó la lengua y yo coincidí con Edward en silencio


Luego del almuerzo, tenía clase de Cálculo, en la cual me sentaba con Ángela. 
- ¿Vendrás al baile? –le pregunté a Angela
- Supongo –dijo mientras copiaba un problema en su cuaderno
- ¿Ben te invitó? 
- No, aún no. Pero no me importa realmente, si Ben no me invita yo lo invito –sonrió 
- Parece una buena forma de llevar la relación 
- ¿Tú vendrás?
- No 
- ¿Por qué no? Puedes venir con Jacob 
- Ni en sueños, Ang. Jacob…no encaja aquí –me imaginé  a mi novio en el medio de una pista de baile con la nariz arrugada y los ojos clavados en los dos vampiros, que resultaban ser mis mejores amigos. Mientras que los ojos dorados de los vampiros se oscurecían tornándose cada vez más negros…El cuerpo de Jacob tembloroso, luchando por no entrar en fase 
- ¿Cómo no va a encajar Bella? Es un baile
Un baile con vampiros. Aclaré mentalmente
- Tal vez quien no encaje sea yo –dije –no me gustan los bailes
- Ni siquiera tienes que bailar, sólo venir y divertirte
- En realidad no quiero venir 
- ¿Y si algún chico te invita?
- No creo que nadie me invite, Ang. Y tampoco creo que eso cambié mis opciones. No vendré
- De acuerdo –dijo aceptando mi posición –pero si vendrás conmigo a Port Angels para elegir mi vestido
- Creo que eso es algo que puedo soportar –sonreí 
- ¡Genial! Iremos este sábado. El baile es en dos semanas. 
Angela se quedó viendo a través de la ventana y yo le presté atención a lo que el profesor explicaba, me había perdido la mitad de la explicación. 

- Parece increíble que aún no haya sido el solsticio de invierno y que las nubes estén tan decididas a nevar
A mí lo que me parecía increíble es que todos hablaran de la nieve. La piel se me comenzó a erizar, ¿podría mi piel californiana adaptarse a una nevada? Entonces recordé a mi sol personal y mi piel se calmó, sin embargo mi corazón comenzó a latir descontroladamente. Tenía tantas ganas de verlo hoy.

- ¿Ha nevado fuerte antes, aquí?
- Sí. Cuando estábamos en primero, la nieve cubrió todo Forks. El año pasado sólo cayeron algunos copos, y sólo fue en la noche de año nuevo. Cuando tú llegaste a Forks era invierno –me recordó
- Cierto, pensé que yo exageraba en cuanto frío había por el cambio de temperatura
- Tal vez fue eso. El aire no estaba tan helado como ahora. Me bastaba con un suéter fino, pero ahora tengo que usar esto –mientras se apretaba el grueso abrigo –y aún así me congelo
- ¿Cuándo crees que nieve?
- Hmm… Tal vez para el baile, o antes. Lo que sea será antes del solsticio 
El solsticio equivocado, cuando la noche se convertía en el momento predominante del día. Mi vida, siempre adaptada al verano y al sol había cambiado tras pisar Forks. Pero Jacob había cambiado eso, no podría decir que mi vida había regresado a mis tiempos de Arizona, porque ya allá me costaba esbozar una sonrisa sin esfuerzo. Mis días que se habían convertido en el momento duradero e interminable, ¿pasarían a ser pequeños minutos cuando el invierno hubiese condenado a Forks? No, porque mi sol era eterno, no había eclipse, no había invierno, no había nubes que lo cubrieran para no estar a mi lado. Mi sol era Jacob Black, el mejor hombre, el mejor lobo, el mejor para mí. 


Ésa era mi última clase del día. Fui hacia mi pickup y me encontré a Alice apoyada en la parte delantera de ésta. 

- ¿Vas a La Push?
- Sí 
Se mordió el labio inferior
- Creo que no. Vas a tu casa y yo voy contigo
- ¿Por qué exactamente? 
- Ah no lo sé. Tengo ganas de una tarde de chicas
- Tenla con Rosalie
- De acuerdo. Pero, ¿irás a tu casa antes?
-
- Voy contigo –sonrió 
Me moví para abrir la puerta del conductor 
- ¿Puedo conducir? Bella, por favor 
- No. Es mi auto
- Pero, conduzco mucho más rápido, por favor Bella
- No Alice. Yo conduzco 
- Bien, entonces te veré allá –genial, podría ir directo a La Push –y no intentes no ir a tu casa…Lo veré –sonrió 
Encendí el auto y comencé a conducir. Alice seguía parada en el mismo sitio, ondeó la mano y se esfumó 

Cuando llegué a la casa, Alice ya estaba en el pórtico, sin señas de cansancio alguno. 

- Es trampa, saliste antes –dije cerrando la puerta de la pickup
- Tienes razón. Tú ganaste
Abrí la puerta de mi casa y dejé a Alice pasar. 

Alice pasó hacia la sala

- Estás en tu casa 
- Gracias, Bella
Fui hacia la cocina, mientras pensaba en las palabras exactas que le diría a Jacob. Una palabra fuera de lugar y lo tendría en la puerta en una décima de segundo. 

Marqué los números, repicó sólo una vez

- ¿Jacob?
- Bella, ¿dónde estás?
- En mi casa, tengo unas labores pendientes por acá Jake. Me he olvidado de los baños y quisiera hacer comida que dure unos días
- Ah…Bueno, como tú quieras Bella. Voy para allá
- No, Jake, no
- ¿No quieres que vaya? –su voz sonó extrañada
- Claro, sólo que –titubeé –no estoy sola Jake
- ¿Estás con los Cullen? –ahora su voz se escuchaba tensa, pensé que rompería el teléfono
- Sólo con Alice –dije tratando de calmarlo 
- No la morderé –dijo Alice que se encontraba a mi lado 
- Más te vale –gritó Jacob del otro lado del teléfono ¿se había olvidado que era yo quien lo sostenía?
- Jake, estaré bien. Te veo mañana 
- De acuerdo. Te amo Bella
- Yo también te amo Jake –y vi como Alice torcía el gesto 
Colgué

- ¿En serio me cree capaz de matarte? 
- No sé. Tú dime… ¿no lo has visto? –mi tono era arrogante 
- No, no puedo ver a tus lobos –el tono de Alice tampoco era muy amable 
- ¿Cómo?
- No sé, no logro ver a los lobos. Tal vez porque apestan 
- Alice, por favor 
Torció el gesto 
- Bueno, a veces es mejor. Verlos me amarga y no verlos también. Sería mejor si no existieran
- Alice –dije con la voz apagada, realmente sería mejor si Jacob fuese sólo Jacob y no un lobo


Jacob POV 

Esos malditos vampiros. No se conformaban con verla durante todo el día, ahora la querían ver en la tarde también. Salí de la casa

- -Leah, Seth –comencé a gritar 
- ¿Qué pasa? –dijo Seth 
- Necesito un favor Seth, dime ¿tienes guardia hoy?
- No. Dime
- Por favor Seth, quiero que estés cerca de casa de Bella. Cerca no adentro -aclaré - está con la sanguijuela y necesito saber que está bien 
- Claro Jake
- Si quieres vas con Leah, ¿no?
- Leah no se siente bien hoy 
- ¿No se siente bien? Los lobos no se enferman Seth
-Pero Leah es una loba.
-Bueno, entonces ve con Quil, no quiero que vayas solo
-Nada me va a pasar Jacob. Es sólo una vampiresa
-Seth, si esa vampiresa te muerde, mueres ¿entiendes?
-Ella no me va a morder, Jacob, ni a Bella, ellos no son así
-No sabía que fueras su amigo 
-No lo soy. Tampoco soy su enemigo
-Vete ya Seth. 
Entró en fase y salió corriendo. 
¿Y qué rayos tenía Leah? 
- Jacob, ¿dónde está tu chica vampiro?
Un rugido brotó de mi pecho y mi cuerpo comenzó a temblar

- No te atrevas a repetir eso Sam Ulley
- Será mejor que te calmes Jacob. Si vas a entrar en fase, hazlo para vigilar tus bosques. Leah está enferma y le tocaba guardia 
- Leah no puede estar enferma Sam
- Pero lo está. Punto, no se discute y te toca cubrir su turno 
- ¿Dónde está Leah?
- No sé. 
- Es bueno saber que te preocupas por tu manada –dije en tono irónico

Caminé hacia la casa de los Clearwater.  Toqué la puerta dos veces y Sue abrió

- Hola, Jacob –su tono no era el más cálido que su voz podía brindar
- Hola, Sue, ¿está Leah?
- Sí. Pero está muy enferma Jacob. Ella…no puede ver a nadie ahora.
- Suena a la mentira que decimos cuando nos transformamos Sue, por favor déjame ver a Leah
- No es recomendable Jacob. Ahora mismo la vamos a llevar a casa de mi hermana en Washington. Ella no se encuentra bien 
¿Washington?
- ¿Qué tiene que hace falta llevarla a la ciudad?
- Los médicos de acá no nos lo dicen, no son los mejores –negó con la cabeza –y claro está se niega a ir con el doctor Cullen. La verdad estoy muy preocupada Jacob, me ha hecho decirle a todos que no puede ver a nadie y se ha encerrado en su habitación –su voz fue tornándose preocupante –si vieras a Seth, se sienta en la puerta, y comienza a hablarle desde afuera
- ¿Qué harán con Seth?
- Se tiene que quedar. No puedo irme con los dos, además él no se quiere ir, dice que no sabe vivir sin entrar en fase
- Yo estaré pendiente del chico
- Sería muy amable de tu parte Jacob. Ha estado un poco triste por Leah
- Pues lo esconde muy bien 
- Sabes cómo es Seth –su boca trató de dibujar una sonrisa –no sabe vivir sin sonreír
- ¿Y cuando Seth le habla a Leah, ella no responde nada?
- No. A veces se oye que ríe por lo bajo cuando Seth le cuenta un chiste. Él va alternando, le cuenta un chiste y luego le pregunta qué le pasa. Pero ella no dice nada 
El sonido de un claxon interrumpió la conversación

- Es mi hermana, sería mejor que te fueras ahora Jacob 
- De acuerdo
Salí corriendo y entré en fase mientras lo hacía. 

Seth ¿dónde estás?

Vi la imagen del bosque en que Seth estaba y busqué aquel matorral

¿Viste a Leah? 
No. Sue me dijo que no quería ver a nadie

Seth me dejo ver cómo él se sentaba afuera de la habitación de su hermana

Sue me dijo que no te decía que le pasaba
Sí me dice. Bueno, no exactamente. Mi mamá cree que no porque lo dice muy bajito, no la escucharía si fuese sólo un humano. Pero Leah no quiere hablar demasiado, siempre dice “No me siento bien” “No quiero entrar en fase” “No quiero que me vean” 

¿Tienes alguna sospecha?

No. Y me comencé a preguntar millones de cosas, que si podría estar embarazada…Ajá sí claro ¿y de quién? ¿y cómo? Ni siquiera ella cree que pueda lograrlo algún día. Pensé en millones de cosas estúpidas y le pregunté si no quería decírmelo

Esta vez Seth dejó hablar a sus recuerdos de Leah 

Seth, sabes que serías el primero a quien se lo dijera, pero no quiero que la manada sepa nada, y si te lo digo, todos lo sabrán

Por eso no entra en fase

Supongo. 

Si hubiese una manera de no tener estos pensamientos compartidos, en verdad que apestaba, al menos si uno supiese cómo controlar lo que queremos que vean…Si al menos Leah le dijera a Seth lo que le pasa, podríamos conocer –al menos –la gravedad del asunto

¿Cómo está Bella?

Ni siquiera había notado que nos hallábamos frente a su casa, pero bien arriba en el bosque

Bien. 

Afuera de su casa sólo estaba su pickup y se oían las voces de Alice y Bella, parecía que Bella estaba cocinando y Alice le contaba sobre un viaje que había hecho. 

Parecen dos humanas. ¿Te importa quedarte aquí, Seth?

No, estoy bien. 

Puedo decirle a Quil o a Embry. Es que no me siento bien espiándola

Estoy bien Jake. Tranquilo

Gracias

Y volví a correr de regreso a La Push, recordé que Sam me había ordenado hacer guardia, así que me quedé en el lugar donde acostumbraba a quedarme, así, podría estar en contacto con Seth, quien además me preocupaba porque estaba bastante cerca de la línea límite. 

¿Hay vampiros cerca, Seth?

Hay uno o dos, de su lado de la línea. Creo que están de caza. Me parece que es el doctor y su esposa…









1 comentario:

  1. bien
    creo que si sigues así voy a acabar por mudarme akí permanente menet!!!!
    :)

    ResponderEliminar

>>Déjame tu comentario para conocerte a ti y a tu opinión =P
Robin Wolfe