8 ene 2010

Cuarto Creciente. Capítulo XIII "El tiempo no olvida las promesas"


Disclaimer:Todos los personajes, escenarios y nombres pertenecen a Stephenie Meyer.
Summary: Secuela de Solsticio. Bella ahora es vampira y eso parece una complicación para su amor con Jake...¿podrán afrontarlo?, ¿qué pasará con la imprimación? Jacob/Bella.




Cuarto Creciente
Libro III: Jacob & Bella

Capítulo XIII
El tiempo no olvida las promesas

«Porque el amor en sí, es una promesa»


Meses después…
Jacob POV

La luz mortecina del sol entró por la ventana haciendo que me despertara, a pesar de que me sentía totalmente descansado no tenía ganas de levantarme, de hecho, no había abierto los ojos. Sentí escalofríos recorrerme el cuerpo y un agudo dolor punzarme la garganta. Tragué saliva y el dolor se volvió mucho más insoportable.
Recordé que no estaba solo y que de hecho estaba desperdiciando mi tiempo pensando en lo mal que me sentía, era la clásica sensación de estar resfriado. Abrí los ojos de golpe y me quedé hipnotizado contemplando a Bella acostada a mi lado. Se encontraba sobre las sábanas y yo debajo de ellas. Y al decir “ellas” me refería a tres cobijas de invierno.
-¿Estás despierto? –preguntó en un susurro tímido.
-Sí –mascullé y mi voz sonó ronca. Traté de aclararme la garganta y el dolor punzante regresó. Luego, comencé a toser y estornudar sin parar. Salí de la cama y Bella se sentó en ella mirándome con vergüenza.
-Lo siento tanto –se disculpó.
-¿Qué? –apenas pude decir. La voz ronca ahora se mezclaba con la voz habitual de gripe.
Seguía tosiendo y parecía que de un resfriado había pasado a una neumonía crónica.
Me volteé a mirar a Bella que permanecía inmóvil sobre la cama y fue cuando caí en cuenta de que haber pasado la noche con ella era la que me había resfriado.
-Vaya, parece que necesito más sábanas –dije sonriendo para luego estornudar inevitablemente. Me acerqué a ella y levanté su cara que miraba al suelo –. ¿Crees que me importa un estúpido resfriado si puedo estar contigo? –ella no respondió, pero al menos me miraba a los ojos –por supuesto que no señorita Swan –mis manos calientes sobre su rostro gélido la hicieron estremecerse o tal vez fue la forma en que me acerqué a ella rozándola con mi aliento.
-Ay Jake –pasó sus manos por detrás de mi cuello y nuestros ojos se quedaron mirándose como si nunca antes lo hubiesen hecho. Nuestros labios se unieron, pero nuestros ojos, jamás se cerraron, porque mirarnos era ver el sol, era encontrar esa mitad que habíamos extrañado y que necesitábamos.
Nos separamos cuando yo necesité toser de nuevo y esperé que ser lobo me ayudara a curarme más rápido.
-¿Quieres desayunar algo? –me preguntó Bella.
-¿Los vampiros cocinan? –le dije en tono burlesco.
-No creo –se rió –pero quien sufrirá eres tú.
-Bueno, ya estoy enfermo, qué más da –. La besé en el cuello y ella se levantó caminando hacia la cocina. Suspiré mirándola alejarse, recordando la maravillosa noche que habíamos tenido.
El tratado había sido reajustado, los Cullen tendrían acceso a ciertas áreas de La Push –aquellas que vigilaba mi manada –ya que Sam se había opuesto a que pudiesen mezclarse libremente con la reserva y prohibió el acceso a las áreas que su manada vigilaba. A mí me daba lo mismo, lo único que me importaba era tener a Bella a mi lado, y si eso implicaba vernos en el límite de los bosques, lo haría.
Me di un duchazo rápido y corrí a la cocina tan pronto sentí el olor de los panqueques inundar mi casa, abracé a Bella por la espalda y ella lució sorprendida aunque claramente me había escuchado pisar cada tramo hasta allá.
-Te amo –le susurré al oído mientras ella volteaba un panqueque en el aire.


Bella POV
--

Para la tarde Jacob se encontraba tan sano como un lobo, al menos así decía él para hacerme reír. A la hora del anochecer decidimos dar un paseo por la playa, de forma que mi piel brillante no fuera a molestar a los habitantes de la reserva. Billy aún no regresaba de su paseo de pesca, que por una parte había sido un plan mío y de Jacob. Queríamos que en cierta forma Charlie supiera que lo sobrenatural era parte de este mundo. Como hablarle sobre vampiros podía significar graves problemas con los llamados Vulturis, decidimos que el asunto de los lobos era un secreto menos peligroso de conocer.
La playa se encontraba hermosa, extrañaba pisar la arena y mirar el sol esconderse, pero más que todo eso extrañaba el calor que sujetaba mi mano, aquel sol que nunca se escondía, aquel hombre que yo siempre amaría.
-¿Son Rachel y Paul?
-Espera –dijo Jacob muy serio –ah sí, esa es Rachel –lo miré extrañada –lo siento, me cuesta ver su cara cuando tiene esa barrigota –soltó una risa y caminamos un poco más rápido.
-¿Rachel? –pregunté. La había visto el día en que los Cullen habían decidido entrar a La Push, pero ese día estaba demasiado nerviosa para haber visto algo con claridad, aparte de eso, no la veía desde hacía al menos diez años.
-Bella, qué hermosa estás –me abrazó con fuerza, demasiada para ser humana y con demasiada confianza para llevar esa carga extra en su vientre –. Ah, me alegro tanto de que estés con mi hermano –nos separamos y no pudimos evitar reírnos. Desde que éramos pequeños, ella siempre decía que acabaríamos juntos.
-¿Con que imprimado Paul? –le dije en forma burlona. Jacob me había contado que a Paul eso le parecía una estupidez. Verlo, se me hizo extraño, se veía bastante diferente a como yo lo recordaba, parecía más maduro.
Paul era el busca-pleitos de la manada, él y Jacob siempre encontraban razones para golpearse el uno al otro.
-Eso parece –dijo con una sonrisa encogiéndose de hombros, luego miró a Rachel y vi en sus ojos ese amor que yo veía en los de Jacob día tras día.
-¿Cuándo darás a luz Rachel?
Ella se sonrojó.
-Debería ser el próximo mes.
Jacob abrió los ojos como platos.
-Por nuestros ancestros, ¿cuántos meses tienes de embarazo?
-Tiene seis –rió Paul –. El médico no lo entiende pero nosotros sí, están creciendo entre vampiros, ya sus genes están activos.
-Lo siento –musité.
-Ah no lo sientas Bella, –Rachel me sonrió –no te imaginas lo pesados que están.
-Ya va, un momento –interrumpió Jacob –. ¿Por qué hablas en plural?
-Serán tres –dijo Rachel sonrojándose –.
-Una gran manada, ¿ah Jake? –Jacob pareció no reaccionar a las palabras de Paul–. ¿Crees que me aceptarías a mí también, entre los tuyos?
Miré a Jacob, su cara era de “¿Es día de los inocentes?”
-No Jake no es día de los inocentes –dijo Rachel adivinando su expresión, -y esto no es chiste –sonrió.
-Será un honor, cuñado –Jacob le extendió la mano y Paul se la apretó –Bienvenido.
-Sam es un bastardo –rió Paul.
Rachel pareció querer asesinarlo con la mirada.
-Lo siento –se disculpó Paul y le tocó el vientre.
-Bueno, y ustedes nos tendrán que disculpar, necesito descansar –dijo Rachel e inmediatamente se marchó junto a Paul.
-Se ven genial juntos –susurré apoyándome del brazo de Jacob.
-La verdad es que sí –susurró él y nos sentamos sobre la arena, mirando la luna que reposaba rojiza sobre la línea que separa el mar del cielo –. Pero nosotros lucimos mejor.
Un aullido sonó adentro del bosque y Jacob se puso alerta.
-¿Pasa algo?
-No, sólo es Collin –rodó los ojos –seguro que le está aullando a la luna –se rió.
-¿Y si es algo importante?
-Es asunto de Sam.
-Al final Sam va a pedirte entrar a la manada –me reí.
-Hablando de Sam –suspiró –hay algo que debo contarte.
-¿Qué es? –pregunté asustada.
-Yo, bueno… Leah se imprimó de mí –dijo apretando los dientes.
-Oh… yo, bueno, esto… –no sabía que decir. ¿Qué debía decir?
-En realidad no está enamorada de mí, ni nada –se le notaba nervioso, como cuando me había hablado del asunto de los lobos y de su imprimación –pero bueno, sabes está la forma en que me mira y eso. Pensé que era bueno que lo supieras.
-¿Es eso legal? ¿Imprimarse de alguien ya imprimado?
-Digamos que con Leah no hay muchas legalidades, nunca había existido una loba, todos los ancestros eran hombres. Supongo que como la mujer ahora se ha independizado y ya no es la que se queda a cocinar, los genes también respondieron a eso –soltó una risa como si toda aquella explicación se la acabara de inventar.
-¿Ella está bien? –pregunté preocupada. La verdad es que Leah y yo habíamos sido amigas.
-Sí, al menos eso me ha dicho, también Seth. Dice que ya casi no piensa en Sam y que eso es suficientemente bueno para ella.
-¿Entonces ahora piensa en ti? –pregunte renuente.
-No, tranquila. Supongo que de alguna forma, ella siempre me odiará –se encogió de hombros y lo besé en el cuello.
-Gracias –fue todo lo que pude susurrar.
El silencio se volvió incómodo.
-Tal vez debería hablar con Leah –mascullé.
-¿Para qué?
-No lo sé, preferiría hacerlo.
-Bueno, si es lo que quieres –Jacob no parecía estar muy de acuerdo.
-Volveré en un momento.
Eché a correr y me quedé un momento afuera de la puerta de los Clearwater, la verdad era que me moría de la pena. Toqué la puerta con mucha delicadeza, cuidando de no molestar a nadie.
-¿Bella? –era Seth, me dio un abrazo tan cálido que no pude negar.
-Seth, wow, ya no te puedo llamar pequeño –me reí –. ¿Cómo estás?
-Bien –dijo él con una sonrisa –. ¿Qué te trae por aquí, sanguijuela? –dijo echando una risilla para que no me lo tomara a insulto.
-Quiero hablar con tu hermana –supe que el tono de voz que había usado había parecido de terror.
-Ah, claro. Ella está –miró adentro de la casa – ¡Leah! –gritó.
Escuché con claridad cómo Leah avanzaba y que Seth le susurraba que se trataba de mí. Inmediatamente los dos cambiaron de lugar y una alta morena me observaba desde arriba. Por un momento me sentí intimidada, pero recordé que en realidad éramos amigas.
-Hola –mascullé.
-¿Cómo estás, Bella?
-Bien –hice un gesto extraño.
-Ah… estás aquí por lo de Jacob –me miró y me sonrió. Ni siquiera me atreví a asentir.
Cerró la puerta a su espalda y se sentó en el umbral de la puerta. Le dio una palmadita al suelo para invitarme a sentarme a su lado.
-No estoy enamorada de Jake –soltó de una.
-Pero, ¿cómo? Es lo que hace la imprimación, Le.
-Boberías –dijo ella suspirando –Jake y tú ya se amaban antes de todo esto de los lobos –rodó los ojos –Y Sam y Emily, bueno, digamos que ciertamente tienen química, hubiese pasado si se hubiesen conocido antes –noté que eso aún le dolía un poco. Tal vez porque de cualquier manera, Sam era su primer amor –pero para mí Jake siempre ha sido como un hermano, al que odio mucho –dijo con risas –es como su me imprimara de Seth, ¿comprendes?
-Creo –dije riendo.
-Sólo que bueno, tal vez me importe un poquito más que antes –torció el gesto tal vez esperando que yo reaccionara de forma negativa –y te odiaré de por vida si no lo haces feliz.
-Wow, eso sería un odio eterno –intenté hacer un chiste que a Leah no le causó risa –. No tienes de que preocuparte Le, lo que más quiero es hacerlo feliz. –Respiré hondo –yo sólo no sé… -no me creía capaz de lo que iba a decir –si… no sé si en algún momento Jacob necesitará…
-¿Hijos? –preguntó ella. Asentí bajando la mirada.
-Rosalie me dijo que el día que habían estado discutiendo el tratado Sam le había dicho a Jake que su imprimación no sería capaz de hacer que el legado continuara… los Black son los alfas por naturaleza, ¿qué pasará si no hay más?
-Bells, si Jacob quiere hijos y que alguien me golpee por lo que voy a decir pero se los daré –se rió y luego me miró extrañada –digo, si crees que es necesario. Pero… Bella, está Rachel. Rachel es una Black imprimada de otro lobo –rodó los ojos y no pude hacer otra cosa que abrazarla –.


Jacob POV


Escuché los pasos de Bella a distancia, ¿qué tanto habría hablado con Leah? Había tardado al menos una hora, ¿o era que el tiempo se me había hecho eterno? Me puse de pie y comencé a patear la arena sin importancia.
Respiré el aire de la playa, la salubre del mar era deliciosa de sentir en las fosas nasales. La luna rojiza se reflejaba en el mar haciendo de la noche una ocasión perfecta.
-Jake –la voz de Bella era sólo un susurro. Pasó sus manos por mi torso, abrazándome por el vientre –te amo tanto –me dio un beso gélido en la espalda y luego paso por debajo de uno de mis brazos haciendo que yo la rodeara. Ése era el lugar al que ella pertenecía. A mí.
-Es una noche hermosa –le susurré sobre el cabello.
-Sí, no son muy comunes las lunas rojas.
-O las azules.
-Cuando no estábamos juntos, sentía que vivía constantemente en luna nueva.
-Lo sé, ¿sabes que es lo hermoso de la luna nueva? –Bella no respondió –que poco a poco va convirtiéndose, creciendo, hasta formar esa hermosa luna llena capaz de reflejar su luz inmensamente
-¿Te he dicho que eres un sol?
-Sólo un millón de veces –tomé su rostro entre mis manos y la besé dulcemente –. Mira, una concha de mar –dije con una sonrisa.
-¡Qué linda es! –Dijo Bella –parece hecha de cristal.
Me agaché para tomarla y la desenterré ligeramente de la arena. No tenía previsto que Bella se agachara también. Me miró un segundo y me pareció que por la oscuridad de la noche, sus ojos se veían chocolate. Sonreí y le entregué la concha.
-¡Ábrela!
-No… adentro hay algo vivo, ¿no?
-Cuando llegan a la costa no –improvisé.
Bella se encogió de hombros y abrió la concha con delicadeza. Me quedé observándola, tratando de memorizar cada expresión de su cara. No tenía precio. Su cara brilló como lo hacía su piel a la luz de sol, sus ojos adquirieron una magia que nunca seré capaz de explicar y la sonrisa que me regalaron sus labios me hizo olvidar que debía hablar. Tomé aire y tome una de sus manos níveas.
-Bella, ¿te casarías conmigo?
-Ah Jake, por supuesto que sí. No tenías por qué… tú ya sabías que lo haría. –sus brazos se enredaron en mi cuello y luego sus labios se unieron a los míos. El contacto con su piel me quemaba y no era porque estuviera gélida. –Te amo tanto –susurró a mi oído.
-Kilawtley Kwop–le susurré mientras sus lágrimas milagrosas empapaban mi hombro.

Bella POV

-¿Me lo colocas? –pregunté secando las lágrimas de mis ojos. Jacob sonrió, tomó mi mano y delicadamente colocó el anillo en mi dedo. Era hermoso, sencillo. Un anillo de oro con un pequeño diamante sujeto al metal asemejando un sol y eso me hacía sonreír.
-Perteneció a mi madre –susurró después de besar mi mano y el anillo.
-Es hermoso.
Me tendí sobre la arena y Jacob lo hizo a mi lado, nos quedamos mirando las estrellas que alumbraban la noche, Jacob sujetó mi mano y con el sonido de las olas como nana, Jacob se quedó dormido en un instante. Me quedé mirándolo, apreciando todo lo que amaba de él y me di cuenta de que el hecho de que él fuera hermoso era sólo un añadido, lo que más amaba de él, era la forma en que me miraba, en que sonreía, en que me abrazaba y esas ganas de hacer de mi vida algo único. Pedirme matrimonio en la playa, escondiendo el anillo en una concha, sólo Jacob haría algo así, y sólo lo haría por mí.

Tenía un montón sin actualizar, lo sé. Pero es que no me llegaba la inspiración y me faltaba tiempo; pero ya, pasado pisado, aquí está el capi... y espero que me alegren como millones de comentarios que me inspiren para el próximo capítulo :)
Photobucket

3 comentarios:

  1. aaah me encantooo!!! :D
    ojala un chico hiciera algo asi por miii! y fuera como jack no fisicamente buen OBVIAMENTE TODOS QIEREN ALGUIEN ASI FISICAMENTE TAN HERMOSO pero moralmetne es tan tieeerno y la ama de verdad!(L
    TE AMO ROOOB SOS MI IDOLA ! :D

    ResponderEliminar
  2. MI DIOOS!!! CASI CHILLO!!!

    ESTA HISTORIA ES MIA!!
    MIA!!!

    AWWW!!! LA ESPERABA CON ANSIAS!!

    GRACIAS POR TAN HERMOSO CAPITULO AMIGA!!!

    ¿Crees que me importa un estúpido resfriado si puedo estar contigo? ESA FRASE ES: AHH!!! PRICELESS!!! LA AME!!!! AHAHAHAHA TE AMO

    ResponderEliminar
  3. ay por dios, si koko casi lloro....yo definitivamente lo hicee....!!!

    robin la verdad volviste como nuncaaa...el capitulo ha sido de lo mas maravilloso que he leido... no puedo creer en lo inmenso q es el amor entre jake y bella...
    es un amor de persona o lobo o como quieran decirle...es imposible no estar enamorada de el y no amarlo tantooo...y mas si ustedes lo describen de esta forma tan divina,

    espero el proximo capiii..
    lo quiero yaaa..!! ya ya ya kajajajja

    besos enormesssss..!!!

    ResponderEliminar

>>Déjame tu comentario para conocerte a ti y a tu opinión =P
Robin Wolfe