12 nov 2009

Isabella decide amar. 6 "La mujer que no podía admitir que amaba a su amigo"

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Disclaimer: Todos los personajes, escenarios y nombres pertenecen a Stephenie Meyer. Título adaptado de Veronika decide morir.

Summary: Bella y Edward se comprometen en matrimonio. El deseo y el interés son sus verdaderas razones, pero Jacob Black le probará a Bella lo que es amar. Jacob/Bella/Edward. Todos Humanos.





Capítulo 6. La mujer que no pudo admitir que amaba a su amigo.

Edward tocó el timbre de la casa de los Swan. Charlie apareció para abrir la puerta con unas ojeras enormes. Edward le mostró una media sonrisa esperando que Charlie se la correspondiera, mas él no lo hizo. Lo dejo pasar y Edward entró con paso temeroso.

Bella se hallaba en la cocina y caminó hacia Edward en cuanto lo vio. A Edward le extraño que Bella también tuviera las ojeras muy marcadas. No se atrevió a preguntarle. No hubo saludos cariñosos, nada más que un “hola” y un beso en la mejilla. Se sentaron en la sala, sabiendo que lo que estaba por venir, no era bueno.

-Te ves cansada –comenzó Edward.

-Pase una mala noche –mintió, porque en realidad había sido una de sus noches favoritas –no podía dormir –se encogió de hombros.

-¿Por algo en específico? –inquirió Edward con interés.

Bella suspiró.

-¿No te parece que debemos hablar?

-Sí –dijo Bella en otro suspiro – ¿por dónde te gustaría empezar?

-No lo sé Bella -se tocó el tabique de la nariz y entrecerró los ojos. Tragó en seco y prosiguió-: De hecho sí lo sé, así que voy a ser directo, dime si aún te quieres casar conmigo.

Bella se quedó fría. Directo era poco decir. Se sentía tan confundida que no sabía qué responder. Escudriñaba el rostro de Edward, tratando de adivinar sus pensamientos, a la vez que Edward intentaba lo mismo con ella, era muy intuitivo en cuanto a lo que pensaban las personas, pero con Bella se le hacía mucho más difícil, como si fuese una caja cerrada, protegida por un escudo.

-Edward...yo –se miró la mano lo cual atrajo la atención de Edward hacia ese punto. Bella no sabía qué hacer, ¿cómo justificar que ya no llevaba el anillo? -yo... sí me quiero casar contigo.

-¿Por qué te quitaste el anillo? -preguntó él confundido.

-No me lo quité -mintió –se me debió haber caído en algún momento. No lo sé.

Edward asintió, aunque no podía saber qué pensaba Bella, era experto en identificar sus mentiras, porque era tan mala mentirosa que era imposible no hacerlo. Prefirió dejar las cosas así, probablemente porque no quería sentir el dolor de la verdad, porque él sí se quería casar con ella, no estaba dispuesto a que una pelea, una mentira o un engaño arruinarán su relación de más de dos años. Recordaba con claridad la forma en que Bella había llegado a su vida. De la misma forma en la que él había llegado a la de ella. Cuando sus universos se habían tornado totalmente oscuros. Cuando Tanya lo dejó a él, y Mike a ella.

Bella sonrió para infundir un poco de ánimo a la escena. Parecía una escena tétrica, en lugar de un momento de felicidad.

Charlie, desayunaba en la cocina sin perderse detalle de la conversación. No entendía por qué Bella insistía en casarse con Edward. Reneé que era distraída y apática no prestaba mayor atención, no estaba de acuerdo con la boda pero tampoco en desacuerdo. Se encargaba de lo que Bella le pedía y lo poco que Alice le dejaba. Pero Charlie no se conformaría con eso, no aceptaría llevar a su hija al altar junto a alguien que no amaba en verdad.

Charlie se levantó de la mesa y telefoneó a alguien. Reneé no preguntó. A menudo pensaba que era mejor que su marido se citara con otra persona de vez en cuando. Sólo escuchó:

-Sería buena idea que te pasaras por aquí... ya sabes en tus visitas cotidianas. ¿No se te ocurre algo que hacer por aquí?

Hubo un silencio del lado de la casa de los Swan y luego la voz de Charlie de nuevo: -Eso parece buena idea. Te esperamos.

Colgó el teléfono y miró el anillo que reposaba en el mesón de la cocina, donde él lo había colocado. Lo tomó y se dispuso a ir a la sala.

-¿Bella?

Bella volteó e inmediatamente detectó el brillo en los dedos de Charlie.

-Me parece que esto se te cayó –no miró a Edward sino de reojo, mientras Bella se sonrojaba y tomaba el anillo para colocárselo renuente en el dedo. Edward ni se inmutó y Charlie subió campante las escaleras.

-¿Podemos adelantar la boda? -preguntó Bella.

-Claro, pero ¿por qué?

-No quiero nada del otro mundo, y entre más tiempo le demos a Alice, más inventará. Quiero algo muy sencillo, Edward.

-Sí, creo que es mejor. ¿Un mes?

-Lo antes posible –masculló Bella.

Edward se acercó a Bella, estaban sentados en el mismo sillón, uno a cada lado, pero Edward acortó esa distancia en dos movimientos. Pasó sus dedos por la cara de Bella, por su mandíbula. Bella tuvo que tragar en seco. El frío roce de Edward siempre la podía hacer estremecer. Sintió un hormigueo en su vientre y sus manos y se lanzó a sus labios. Enredando las manos en su cabello broncíneo, deseando que ese beso significara mucho más que lujuria. Se besaron mientras el aire les duraba, se separaban y volvían a enredar sus lenguas… sus dedos en el cabello del otro. Bella estaba impactada, nunca había sentido tanta pasión al besar a Edward; le parecía que tenía años sin besarlo. Y casi era así, sus últimos encuentros habían sido tan tensos, que no habían tenido tiempo de amarse un poco. Las manos de Bella se metían por debajo de la camisa de Edward, queriendo sacarla de su camino. Sabiendo bien que eso no llegaría a más que un beso apasionado. ¿Quién le diría que se equivocaría?

Edward bajó sus labios por su cuello, haciendo a Bella gemir ligeramente. Sentía los labios de Edward en lugares tan recónditos como el hueco de su oreja. Se estaba excitando más que nunca. Perdió el autocontrol cuando Edward mordió el lóbulo de su oreja, para luego tener que callar su gemido con un beso en la boca. A lo que correspondieron una serie de risitas estúpidas.

En menos de diez movimientos, los dos estaban sin camisa, explorándose. Lamiéndose, besándose y mordiéndose. Rozando los límites de lo prohibido. Prohibido porque no se debía hacer el amor, sin tenerlo. Prohibido porque era lujuria, sólo eso.

Las manos de Edward querían arrancar el sostén. Querían responder a un deseo de su masculinidad. Querían responder a la inseguridad de Edward de casarse con Bella. Siguieron besándose hasta el cansancio, procurando no hacer fuertes alaridos para conservar su privacidad. Reneé no estaba lejos, pero su apatía era el punto a favor.

Con la boca de Edward en los pechos de Bella, saltando de uno a otro. Y las manos de Bella arañando la espalda de Edward y mordiéndose la boca para no gritar fueron encontrados. Estaban tan enfrascados en su burbuja que ninguno de los dos escuchó el timbre sonar, o los pies de Charlie bajando apresurados, o los de Reneé abandonar la cocina. Lo único que Edward escuchó fue a Bella decir "Jake" y en ese momento cualquier nivel de excitación que tenía, se enfrío. Pero no tanto como quedó Bella de fría al ver al verdadero hombre que amaba... o más bien, al ver que el hombre que amaba la encontrara así. ¿No debería ser al revés? ¿No debería sentirse a morir si Edward la encontrara con Jacob? Pero esos no eran sus sentimientos. Lo que más deseaba es que Jacob ocupara el lugar de Edward.

Bella separó a su prometido y se colocó la camisa con la mirada baja. No se sonrojó, no sentía vergüenza sino una gran decepción de sí misma. Estaba engañando a Edward, estaba engañando a Jacob y más importante aún, se estaba engañando a sí misma. Miró a Jacob apenas, con la culpabilidad grabada en el rostro, porque lo había escuchado hablando sobre ella ayer. Subió las escaleras como un rayo y se enterró en su cama a llorar por el amigo que sabía que iba a perder.

Jacob se quedó en la sala de la casa, mirando las escaleras como si un fantasma estuviese parado en ellas. Quería creer que lo que había visto había sido un sueño, uno del que deseaba despertar.

Despegó su mirada de la escalera y la dirigió a Edward. La mirada de Jacob se había enfurecido, no era la misma que miraba triste a su Bella desaparecer. Parecía que Jacob iba a acercarse a matar a Edward con sus propias manos, ¿no debería ser todo al revés? ¿No debería Jacob excusarse por entrar así e interrumpirlos? Sí, así debería ser. Pero todo estaba fuera de lugar. Era Jacob quien debía haber estado en el lugar de Edward, así debían ser las cosas. Edward se colocó rápidamente su camisa e hizo el ademán de irse. Cosa que Jacob le impidió apoyando una mano en la pared haciendo su brazo actuar como una barrera.

Charlie le hizo un gesto a Reneé para indicarle que ellos dos no tenían nada que hacer ahí.

-Si me destrozan algo lo pagarán –dijo Reneé desapareciendo.

-Confío en Jacob –acotó Charlie en más de un sentido. El primero, hacerle saber a Edward que él no era el mejor recibido. El segundo, que Jacob sintiera cierta responsabilidad, realmente estaba confiando en él. No quería encontrar la casa con un rasguño.

Jacob bajó el brazo.

-Los hombres no corren, afrontan las situaciones –dijo Jacob en tono serio.

-No hay situación que afrontar. Las cosas son como son Jacob Black. Bella es y será mía.

-¿Ah sí?

-¿Qué no te has enterado? La boda es un mes.

Jacob trató de mantenerse sereno. Un mes era menos tiempo del que pensaba que tenía.

-Eso no dice que ella sea tuya. Empezando porque no es un objeto y no pertenece a nadie.

-No tengo tiempo para tus niñerías. No hay nada que hablar, Black. Bella y yo nos casaremos, y tú…no sé. Serás la dama de honor o algo por el estilo.

-¿Ja, Ja? –Dijo Jacob con ironía –yo no tengo tiempo para ti. Le dio un ligero empujón con su cuerpo, pero como Jacob era mucho más grande, fue suficiente para hacer molestar a Edward. Jacob no le prestó atención y subió las escaleras de a tres escalones. Sabía que Bella estaba llorando, no podía perder el tiempo hablando con Edward.

Edward se quedó en el piso de abajo sin saber qué hacer. Si subía, iba a parecer que sólo estaba tratando de superar a Jacob. Si no lo hacía iba a verse como el patán.

Abrió la puerta y subió a su volvo para arrancar sigilosamente. Algo le decía que no debía estar allí, no para cuando Bella encontrara consuelo en el hombro de Jacob.

Jacob se detuvo frente a la puerta del cuarto de Bella, dudando entre si debía tocar, entrar sin hacerlo o simplemente tomar camino a su casa. Se sentía herido, ahogado. La escena que había presenciado no había sido nada agradable. Las imágenes seguían en su mente siendo la cara de satisfacción de Bella lo que más le dolía.

Entreabrió la puerta sólo un poco.

-Vete –dijo Bella con la cabeza enterrada en una almohada.

-Cuando dices eso, generalmente no es lo que quieres decir.

Bella no respondió. ¿Por qué? ¿Por qué Jacob la conocía tan bien?

Jacob entró y se sentó en la esquina de la cama, pasando sus manos por las piernas de Bella cubiertas por el pantalón de pijama.

-Leah terminó conmigo –dijo en un susurro –y según lo que entendí. Esta vez es definitivo. No me duele, ¿sabes? De hecho era lo que quería, pero me daba terror hacerlo yo.

Bella no respondía nada.

-De cualquier manera, supongo que era algo que ya estaba predicho. Supongo que empezará a andar en serio con Sam…

-Supongo que ya sabes que la boda se adelantó –dijo Bella sentándose en la cama, luego de haber secado sus lágrimas.

-Sí –masculló Jacob.

-No es que no me importe lo que me estás diciendo –Jacob asintió con la cabeza –sólo que pensé que… bueno, te gustaría oírlo de mí.

-Hay cosas que prefiero oír a ver.

-No creo que te lo hubiese contado –masculló Bella abrazando sus rodillas. Jacob la miró con extrañeza, eran los mejores amigos, se contaban todo.

-Como no me contarías que escuchaste lo que dije sobre ti anoche.

Bella se quedó con la boca abierta.

-Yo… no… -suspiró –Supongo que no vale la pena negarlo.

Jacob negó con la cabeza.

-Bueno, hice lo que pude –masculló Jacob derrotado.

-¿A qué te refieres? –preguntó ella con un tono de histeria.

-Ya sabes que te amo –dijo mirándola a los ojos –y aún así te casarás con él. Eso significa que tú no me amas a mí –Bella abrió la boca para refutar y Jacob prosiguió –al menos no de la forma en que yo te amo a ti. Me amas como tu amigo, como un hermano tal vez. Pero no estás dispuesta a ser mi novia. Lo entiendo y lo acepto.

-No lo entiendes Jacob. Edward es… el hombre que yo necesito –mintió –no con esto quiero decir que tú seas menos hombre que él… tú eres eso, tú lo has dicho, como mi hermano.

Pero Bella estaba mintiendo. Una vez más lo que ocurría era que estaba atada al terror. Temía que por establecer una relación con Jacob perdiese su amistad, o que resultara que ninguno de los aguantaría estar junto al otro.

-¿Es porque te parece que no sé amar?

-¿Ah?

-Me pregunto si crees que te trataría como a Leah. Que olvidaría nuestro aniversario, o que existes de vez en cuando. Me pregunto si crees que en verdad soy así.

-No.

-Quisiera aprender contigo todo lo que necesito saber, Bella. Quisiera que juntos aprendiéramos a amar, la vida nos juntó desde pequeños. Fuiste mi primer amor, y jamás seré capaz de olvidarte, de dejarte en segundo plano. Porque lo eres todo para mí.

-Jacob… seguiremos siendo amigos.

-No… Un amigo no dejaría que cometieras un error como el que vas a cometer. ¡No lo amas Bella! ¡Y jamás lo harás!

-Lo hice una vez y lo haré dos.

Jacob sólo negaba con la cabeza. Sentía un temblor recorrerle todo el cuerpo. ¿Por qué Bella no lo entendía?

-Nunca lo has amado. Lo quisiste por despecho, sólo eso.

-Jake… -acercó una mano a la de él. La posó encima y le hizo una leve caricia.

-Dime que no me amas, dime que serás feliz junto a él. Dime que no me extrañarás.

Bella negó con la cabeza y sintió las lágrimas agolpándose en sus ojos.

Jacob volvió a hablar con el tono de voz levantado.

-Dímelo Bella, hazme creer que no me quieres.

Las lágrimas de Bella comenzaron a caer.

-¿Por quién lloras?

Bella no respondió.

-¡¡¡Dímelo!!! –Gritó –porque si es por mí, no merezco tus lágrimas. No las merezco, Isabella.

Se levantó de la cama y salió por la puerta no sin antes dedicarle una última mirada a Bella. Anoche estaba dispuesto a luchar, a entregar su tiempo y su vida por demostrarle a Bella que la amaba, pero hoy no pensaba igual. No tenía ganas de luchar por una causa perdida.

Bella lo vio marcharse. Queriendo correr detrás de él, mas no podía. Ningún músculo de su cuerpo respondía, tal vez debido al agotamiento de no dormir, o a las emociones encontradas en tan poco tiempo.

Charlie entró a su cuarto sin tocar ni hacer ninguna señal.

-Lamento lo que vieron papá –dijo Bella sin sonrojarse de nuevo.

-Yo lamento que vayas a hacer esto. No es justo para nadie.

Y con esas palabras dio media vuelta. Cerró la puerta y dejó a Bella más confundida de lo que estaba.

Bella se levantó de la cama y se cambió rápidamente de ropa. Se quitó el anillo, se ató los zapatos y tomó las llaves de su camioneta. Bajó con cuidado por las escaleras de su ventana. Aterrizó con suerte en el piso. Se sentía una fugitiva.

Entró al auto, lo encendió y arrancó antes de que el sonido del motor fuera demasiado notorio para que Charlie advirtiera su idea.

Se detuvo a mitad del camino, tratando de no desplomarse a llorar, cuando sintió que alguien le tocaba el vidrio. Miró y descubrió a su amiga Rose. Abrió la puerta del lado del copiloto y Rosalie entró sin preguntar, no la saludó, directamente la acusó.

-Eres la persona más estúpida que conozco.

-Gracias.

-Fui a la casa de Edward a preguntarle algo sobre la boda, una sorpresa que te quería organizar –rodó los ojos –la cual por supuesto suspendí. Ya que tu boda no es motivo de celebración.

-¿Hablaste con Edward?

-No. Cuando iba hacia allá. Me encontré en el camino a un Jacob derrotado, que no me quiso decir qué demonios habías hecho, pero no era necesario. Sólo me dijo que te había dicho que te amaba y que eso no te había importado. Necesito que seas sincera conmigo Bella, ¿te quieres casar con Edward sólo por tener relaciones con él, para alejarte de tu casa o porque en verdad lo amas?

-Porque soy una imbécil –Rosalie asintió. Al menos Bella estaba siendo sincera.

-No lo hagas Bella.

-Lo haré. No importa lo que pase, seré Isabella Cullen…

-…la mujer que no pudo admitir que amaba a su mejor amigo.



Qué pasará? Bella y Edward se casarán aunque no haya amor entre los 2? Rose convencerá a Bella? Jacob se dará por vencido así de fácil? u.u espero que no xD

Comentarios?

xoxo

Robin Wolfe

8 comentarios:

  1. PRIMERA

    ME ENCANTO
    ES PRESIOSO

    TODO ES PERFECTO


    GRACIAS
    POR TU TALENTO


    NO PUEDO
    ESPERAR PARA EL
    SIGUIENTE



    SIGUE ASI

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  2. woooow!!
    me kede a si 0_0
    osea super woow!!
    me encanto sigue asi
    espero el prox.capitulo!!

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  3. la quiero matar, como puede ser tan imbecil, no s merece a mi jake, por lo menos el se dio su sitio y no se puso a humillarse nada mas xq a ella le da la gana, esperando el siguiente cap, suerte. vampirville.

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  4. AHHHH!! POR FIN AL CORRIENTE AMIGA!!! YA ESTOY BIEN!! FIU!! AHAHAAHAHAHAHA

    AHHHH!!! Es increible lo mucho que ha crecido esta historia!! YO SOLO QUIERO MATAR A BELLA!! AHAHAHAHAHA De verdad... matarla!! ahahahhahaha TE AMO ROBIN!!! Y adore el capi... en serio!!!!

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  5. eso si ke te trauma...

    dios porfavor dale un final feliz a edward pero has ke bella entre en razon!!!!

    dios amo a edward, y a jacob la verdad se ke bella tienene ke terminar con jacob de alguna manera ke se ke me va a gustar,,,,pero dios me encantaria de alguna menera ke bella se kedara sin nadie por golosa ke kerer andar con los dos!!!!

    jajaj choro pero espero ke todo termine bien

    chao tkm grax

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  6. Eludir nuestro destino craso error es, pero más yerra el que niega que amando el amor es. Besotes miles mi "musa"

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  7. AHHHH!!!!! Hacía un toko que no podía leerte, te super extrañaba, divina! El capi me encantó, pero creo que Bella tiene problemas mentales XD.
    Te adoro, y en un ratito sigo con el próximo, besotes!!!

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  8. Waaoooooooooo me encantoooo todooo empezando por el beso de Edward y Bella waooo quedo super candenteee! y me dio mucha pena por Jake...¿Viste por que la he matado dos veces? es una estupida!! aveces no la soporto, no se da cuenta que ama a Jake!!ayy la voy a matar otra vez jejej cuidate muchoo

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Robin Wolfe