13 nov 2009

Cuarto Creciente - Cap12 "El Veredicto"

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Disclaimer:Todos los personajes, escenarios y nombres pertenecen a Stephenie Meyer.

Summary: Secuela de Solsticio. Bella ahora es vampira y eso parece una complicación para su amor con Jake...¿podrán afrontarlo?, ¿qué pasará con la imprimación? Jacob/Bella.



Cuarto Creciente

Libro II: Jacob

Capítulo XII. El Veredicto

Si las miradas fuesen capaces de matar y las palabras no dichas de enterrar; yo sería desde hace rato el alimento de los cuervos y los gusanos.

Quil y yo bajamos hacia el área donde se concentraban todos los lobos y vampiros de Forks. Suerte que no eran más, o que no habían decidido también asistir los humanos. Ya me sentía suficientemente agobiado.

Tragué en seco. Sentía que estaba caminando hacia el final, hacia mi final. Cuando mi mirada se concentró en Bella todo volvió a encontrar el sentido lógico: mis pies supieron cómo caminar y mi corazón volvió a latir acompasado. Ella me sonrió, aunque distinguí en el gesto su propio nerviosismo y me pareció tan hermosa, tratando de ocultarlo para infundirme ánimos. Aunque a la vez eso me perturbaba, ella sabía que necesitaría ánimos.

La mirada de Sam y la de Carlisle, eran tal vez las más intimidantes –eso si no contaba la de Billy y la de Paul –respiré profundo y caminé hacia donde estaban los Cullen; Seth era el que se hallaba más cerca de ellos, ya que a diferencia de los demás no sentía ese rechazo hacia los vampiros. Quil no caminó junto a mí, sino que se fue hacia donde estaba Embry y pude oír que le decía que yo necesitaba apoyo y no una serie de miradas asesinas.

-Tal vez no sea necesario que todos estemos aquí –dije mirando fijamente al jefe de los Cullen.

-Hemos venido en contra de las reglas con el sentido de hacer las paces –su boca dibujó una sonrisa, que pude ver se contagiaba a toda la familia. Menos a Bella, que permanecía medio oculta entre la rubia y el duendecillo.

Sentí la sombra de Sam a mi espalda e inmediatamente un silencio demasiado incómodo. Me volví para comprobar que la mayoría se había ido. Sólo quedábamos Sam, el viejo Quil y yo. Alcancé a ver a Leah y Seth corriendo a lo lejos, y a ella enviarme una mirada que infundía ánimo. Esto se volvía más preocupante.

Carlisle se volteó a ver a su familia e hizo un gesto que al parecer todos entendieron con rapidez. En menos de un segundo, sólo quedaban él, la rubia y Edward.

-Fueron ustedes los primeros con los que se hizo el tratado –masculló Quil.

-Sí, nosotros y mi esposa Esme –acotó Carlisle.

-¿Qué es lo que piden? –preguntó Sam con arrogancia.

Carlisle se quedó callado y para mi sorpresa fue la rubia quien tomó la palabra, Rosalie para ser exactos.

-Queremos que el tratado sea anulado.

-Debería serlo –dijo Sam, pero algo me decía que no lo decía a mi favor, sino todo lo contrario –mordieron a una humana.

-Por petición mía –dije con la voz entrecortada por el recuerdo y firme por la rabia.

-Es un error con el que deberás lidiar.

-Yo soy el maldito alfa y digo que el tratado es una mierda. Los Cullen son vegetarianos –los miré y ellos asintieron –matarían a menos personas de las que tú te atreverías –lo señalé con el dedo firme –y créeme, son mejores personas que tú.

-¿De qué lado estás, Black?

-No hay lados, Ulley. Dime, de qué sirve el tratado.

-Se hizo para proteger a la gente. A la tribu, a tu tribu.

El viejo Ateara permanecía callado y eso me estaba poniendo de los nervios.

-Bien, quédense con su tratado… yo me largo de aquí.

-Jacob –dijo el viejo en un tono tan bajo que parecía no querer despertar a las moscas –la responsabilidad que tienes con la tribu va más allá de tu amor por Bella.

-Pero qué dice –gritó Rosalie y Carlisle la miró con vergüenza –Jacob y Bella se aman más que nadie en este mundo. ¿Cómo puede impedir que estén juntos?

-Yo no impido nada. Él sólo lo hizo.

¡Auch!

-Por favor. Vinimos para tratar de arreglar la situación, no necesariamente eliminar el tratado. Tal vez crear uno más… accesible para Jacob y Bella. A ninguno de nosotros nos interesa venir para acá, es un asunto entre ellos dos –Edward hablaba con un tono tan serio que hacia evidente que no tenía sus aparentes diecisiete años.

-¿Qué sugieren?

-Un permiso, sólo eso. Para Bella. Nadie más cruzará los límites.

-Piden lo peor. Meter una neófita entre humanos –Sam me estaba poniendo verde.

-Bella ha demostrado tener un autocontrol que a nosotros nos costó años. Pueden comprobarlo, ha visto a Charlie sin ningún problema –Rosalie realmente me estaba cayendo bien.

-No puedo permitir esto.

-Bueno, si las cosas son así… Los Cullen no tendremos problema en dejarte ir a nuestra casa, Jacob –Carlisle me miró fijamente y me sonrió en un gesto muy paternal.

-Gracias –mascullé.

-Eso no soluciona un comino –gritó el viejo.

-Sugieran algo mejor –amenazó Rosalie. Y yo que pensaba que las rubias eran tontas. Sinceramente me provocaba hacerle porras con unos pompones. ¡Vamos, Rose, tú puedes! ¡Ayúdame!

El silencio incómodo tomó posesión de la escena.

-No puedo creer que no lo entiendan. ¡Malditos sean! Estoy imprimado, ¿no lo entienden? Nos meten en la cabeza lo de la imprimación, nos hacen creer que es la felicidad a un solo paso, que así conservaremos la maldita especie lobuna y bla, bla, bla. Y uno se imprima y no lo dejan estar con ella.

-Tal vez porque tu imprimación no puede hacer perpetuar la especie.

¡Auch!

-¡Maldito seas Sam! –le grité. Queriendo realmente escupirle en la cara.

-Si hablamos de imprimaciones y perpetuar la especie… Leah podría darte cuantas generaciones quisieras de futuros alfas.

-No metas a Leah en esto. ¿Ves como eres un infeliz? ¿Qué caso tiene hablar de Leah en este momento? Yo te puedo decir un par de cosas sobre ella que no te van a gustar.

El cuerpo de Sam comenzó a temblar. Pensé que se controlaría, era una de sus cualidades, que siempre lograba controlarse. Pero no lo hizo.

Su cuerpo se transformó rápidamente en un lobo, con los dientes más afilados de lo que se los había visto nunca. Gran error, porque aunque su rabia fuese toda contra mí, tenía tres vampiros de frente, y su instinto siempre los llevaría a ellos.

Los Cullen tenían los músculos tensados, las aletas de la nariz dilatadas y las caras estiradas, probablemente tratando de no mostrar ninguna expresión. Tratando de no ser los primeros en atacar, tenían todas las de ganar, eran tres contra uno y sabían, que si la cosa se tornaba fea, yo pelearía al lado de ellos.

-Sam, sal de fase –le dije en voz calmada a lo que él respondió con un gruñido.

-Samuel –dijo Quil –por tu tribu, tu familia… sal de fase.

No había respuesta ni movimientos. Sólo tensión.

Sam saltó. No importaba su instinto, tenía muy claro su objetivo. Su cuerpo pesado y peludo me aplastaba dejándome sin aire; Sam era un lobo gigantesco, y su pelaje negro era mucho más pesado, denso.

Me faltaba el aire. No creí que fuera tan débil, le había vencido antes. Tal vez me hallaba demasiado pasivo, porque no quería entrar en fase. Tal vez simplemente fui débil.

-o-

Desperté con un dolor intenso recorriéndome el cuerpo. Me dolían huesos, venas y músculos que no sabía que tenía. Dolor, era todo lo que sentía. Afortunadamente, era un dolor físico, el cual era mucho más soportable del que había sentido en los últimos meses.

-¿Estás despierto? –identifiqué la voz de Rachel aunque me costaba mantener los ojos abiertos.

-Algo así –dije con voz ronca.

Sentí su mano posarse en mi frente, como examinando mi temperatura.

-Parece que ya estás mejor.

Abrí los ojos de golpe.

-¿Qué? ¿Dices que tenía fiebre o algo así?

-No, no tenías. Ése era el problema.

Me levanté y quedé sentado en la cama. Rachel me sonrío.

-¿Me quieres explicar? –dije en tono amable. La pobre Rachel debía haber andado como loca. Noté su crecida barriga y me acomodé para cederle espacio en la cama. Ella se sentó y colocó una mano en mi pierna y otra en su vientre.

-Creíamos que habías dejado de ser un lobo –dijo soltando un largo suspiro.

Me quedé desconcertado.

-Sam te hizo varias heridas y no estabas sanando por ti mismo. El doctor Cullen te tuvo que colocar más vendajes que a una momia. Tu temperatura descendió muchísimo, hermanito –apoyó su cabeza en mi hombro, demostrando lo cansada que estaba –. Bueno, tenías la temperatura de un humano común.

-¿Saben por qué?

-No realmente. El doctor dijo que tal vez se debía a que tu organismo estaba respondiendo a tus necesidades, que no sería saludable que entrarás en fase mientras tus huesos volvían a su lugar. Ya estás bien y eso es lo importante.

-¿Y qué paso con el tratado?

-Si lo supiera…

-Rachel –era tan mala mentirosa.

Soltó otro suspiro eterno.

-Paul me dijo que Sam no parecía querer ceder. Y lo creas o no, él está de tu lado.

-¿Y eso?

-Dice que es una lata que andes amargado, y que te quiere sonriente para las fotos de nuestra boda.

-¿Se casarán? –dije entusiasta.

-Claro, no eres el único que tienes derecho.

-Es al revés, eres la única que tiene derecho.

-¿Ah sí? Yo no estaría tan segura. Puede que Sam no quiera ceder, pero tú tienes tu manada, tonto. La solución que dio el viejo Ateara es que las dos manadas marcaran su territorio y que los Cullen tuvieran acceso a tu área.

-Me estás mintiendo.

-Entonces no eres tan bueno detectando mis mentiras.

Rachel levantó la cabeza de mi hombro, intuyendo que mi próximo movimiento consistiría en saltar de la cama y levantarla a ella por los aires. Ambos nos carcajeamos cuando sólo pude levantar sus pies del piso. Me dolía todo todavía y mi hermana tenía un peso extra con el que no contaba.

-Eres el mejor hermano –dijo abrazándome.

-Tendré que ser el mejor tío también, ¿no? –coloqué las manos a los lados de su vientre. Siempre creía que la gente mentía con eso de que los bebés pateaban, pero no lo hacían –. Será un alfa de primera.

-Esperemos que nunca se imprime –dijo ella riendo.

-¡Imprimación! ¡Rayos! Tengo que irme.

-Jake… ¡el doctor dijo que te quedarás en cama!

Pero yo ya me estaba yendo. De hecho, ya me había ido.

Caminé hasta detenerme frente a la puerta. Tomé aire y apoye mis nudillos sobre la puerta, nervioso. Toqué un par de veces y traté de relajarme.

-Hola Jacob –me saludó Sue con una sonrisa –. ¿Quieres ver a Seth o a Leah?

-A Leah, por favor.

Sue entró a la casa sin invitarme a pasar. Tardó unos minutos y regresó Leah sola. Cerró la puerta a su espalda y me sonrío.

-¿Pasa algo? ¿Vienes a pedirme que sea la madrina de tu boda? –enarcó una ceja y sonrió.

-Tonta.

-Idiota.

-Ya, eso lo sabía.

-¿Qué es entonces?

-Sólo quería disculparme contigo…

-No es tu culpa que me haya imprimado de ti.

-Para eso no tengo solución. Pero, siempre fui un imbécil contigo, Leah. Nunca acepté que tenías razón con respecto a que yo debía ser el alfa, y muchas veces te menosprecie por ser mujer. Creo que muchas veces fui grosero mientras compartíamos mente… y ahora me doy cuenta de que no fue correcto.

-¿Te lesionaste un hueso o el cerebro?

-Leah…

-No te preocupes Jake, no te guardo ningún rencor. Eres grande. Mi hermano te adora y no lo hace sin razón.

-Quisiera que pudieras ser feliz, Leah.

-Lo seré, Jake. De hecho, jamás había estado tan cerca de serlo –sonrió, en una sonrisa tan amplia que quedé impresionado. Creo que era la primera vez que veía sus dientes en forma humana, siempre los había visto gruñendo mientras estaba en fase.

Abrí mis brazos y Leah se refugió en ellos. Era la devolución del abrazo que ella me había dado cuando más lo había necesitado. No sé que hubiese hecho sin Leah; o sin Rachel. No hubiese podido continuar, estoy casi seguro. Leah había sido ese rayo de luz que me había indicado que el sol aún podía brillar.

El cielo se había tornado oscuro una vez y poco a poco se había ido iluminando, con estrellas, pequeños puntos de luz. Pensé que la luz solar de mi Bella no volvería a brillar, pero lo hizo y lo hará.

Aún me queda mucho por hacer, por luchar.

Que Bella sea Isabella Black es mi cometido, el deseo más grande que tengo. No puedo renunciar a lo que soy, abandonar mi manada porque me necesitan y los necesito a ellos. No podría dejar de transformarme, porque perdería a Bella, moriría y lo haría en sus brazos. Pero hoy hago una promesa inquebrantable. No habrá más separaciones para nosotros, así la tierra se abra en dos y cada uno quede a un lado: la buscaré, la amaré y jamás la dejaré ir.

Hay amores que no se olvidan. Qué suerte es amar a tu mejor amiga y que ella te ame a ti. Qué suerte tengo de saber que aunque un eclipse o una avalancha intentarán apagar el sol, yo siempre sabría la ruta para volverlo a encontrar, para cegarme con su luz y deleitarme con su frío calor.

-Gracias Leah. No sé que hubiese hecho sin ti.

-Hubieses sobrevivido igual.

-Sí, pero me hubiese dolido cada latido.

Fin del Libro 2.

-o-

El amor de Bella y Jacob ha sobrevivido a la diferencia de las especies, pero ¿qué tanto deben hacer para mantenerse unidos?

¿Quiénes estarán de su lado?

¿Puede el amor cruzar cualquier frontera? ¿O los límites serán los menos esperados?

Próximamente… Libro 3: Jacob y Bella.





Bueno pequeñas ñ_ñ espero que les guste este capiii... no quedan muchos capis xq queda un sólo libro, pero bueno...aún faltan cosas por decir/hacer... ^^

espero sus comentarios (:

xoxo

RobinWolfe

8 comentarios:

  1. AHHH!!! ODIO A SAM!!! Y AL VIEJO QUIL!!!!

    AHH!! ADORO A LEAH!!!! Y MAS ADORO A JAKE!!!!

    AHAHAHAHAHAHA

    Amiga te adoro con toda mi alma!! eres unica e inigualable!!

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  2. estuvo hermoso
    increible

    eres fenomenal

    nunca dejes de
    escribir

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  3. ya kiero leer el libro de jake y bellaaaaa!!
    Leah la adoro y a rose tb, jajaja dejas bien a las dos pesadas del libro xD!
    un besito q estes bn byeeee ;***

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  4. Sin palabras, me parece perfecto y esta parte me encanto "Y yo que pensaba que las rubias eran tontas. Sinceramente me provocaba hacerle porras con unos pompones. ¡Vamos, Rose, tú puedes! ¡Ayúdame!" super gracisoso.

    Espero el proximo libro ni niña hermosa.

    Besos.

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  5. Que mal me cae Sam!! Quien se cree ?? Será creido ?? Uff ... menos mal que Jake le mando a "freir esparragos"

    Que mona que es Leah !! Y anda que Jake !!

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  6. dios ensero espero ke tengan un inal feliz

    espero ke todo pase bien y me encanta la familia cullen ke siempre apolla

    te puedo pedir un super favor???

    puedes darle un final feliz a mi edward??

    porfis

    gracia spor tus historias

    tkm chao tkm

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  7. Ya ansio el 3º. El sol vuelve a brillar y su intensidad eclipsa cualquier visión, cualquiera que no sea narrada por ti. Besotes miles mi Robin

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  8. ola que pasa con las historias estoy anciosa
    besos suerte.
    mely chile

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Robin Wolfe